CAPÍTULO 94 1/3...

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N a r r a : R a z i e l

Debía aceptar que el miedo me carcomía los músculos. No debería estar aquí... ¡ÉL me daría una buena paliza, de seguro! Ahora entendía el reverendo lío en el que me había metido. ¡Y todo por haber seguido mis locos e irracionales sentimientos hacia ___ (tn)! Sólo fue un beso. Bueno, aceptémoslo de una vez, fue un poco más que un beso. Pero, ¿en realidad me encontraba allí por esa razón exacta o en realidad había regresado por asuntos más serios? No lo sabía, pero sí estaba deseoso de hacerlo.

Me dirigí con determinación hacia las puertas doradas. Ahora que había perdido mi sudadera gris me percataba del maldito frío que tendría que sobrellevar hasta llegar al Palacio. Sostuve las manijas de ambas puertas doradas y jalé de ellas para lograr abrir le entrada. Todo seguía como se acostumbraba: los ángeles corrían apurados de un lado a otro para lograr complacer a sus personas, algunos otros se encargaban de buscar a alguien más a quien cuidar ya que su persona anterior no necesitaba más de sus servicios. El Paraíso era un lugar maravilloso, imposible de describir, desgraciadamente. Era como estar en todos los lugares y al mismo tiempo en ninguna parte. Si alguien llegara y me preguntara: "Oye, Raziel, ¿dónde queda el cielo? ¿Cómo puedo llegar a él?", seguramente no se me sería posible responderle.

Me levanté en vuelo y comencé a volar hacia el Palacio. Mis alas estaban un poco entumecidas, hacía mucho tiempo que no las usaba. Aleteé lo más rápido que pude porque sentía, muy dentro de mi ser, que ___ (tn) estaba allá abajo, sola, necesitada de mi urgente ayuda. Ignoré por completo todos los inocentes saludos que los demás ángeles me dirigían. Ellos me miraban extrañados, sabían que yo no solía actuar de esta manera tan desagradable.

Llegué por fin al Palacio y aterricé sobre el suave suelo. Levanté mi vista y vi al arcángel Jofiel.

- Hey, Raziel, ¡qué milagro! – me saludó al tiempo que me tendía la mano para que las chocara con la mía.

- Lo sé, Jofiel, no ha sido nada sencillo – admití, mientras miraba con ansias la tabla de registro de entradas al Palacio. Si estaba en lo correcto, yo debería estar en aquella lista.

- Lo imagino, Raziel. Y, ¿qué te trae por aquí? ¿No deberías estar allá abajo con ___ (tn)?

- Se supone que debería estar con ella. No tengo idea de por qué estoy de regreso en este lugar. ¿No tengo cita con Él? Creo que hice algo muy malo, Jofiel.

- No te preocupes, Raziel. Todos los ángeles cometemos errores, incluyéndome. – Me miró muy seriamente, tratando de adivinar el error al que me estaba refiriendo.

Pero, ¿en realidad podría llamar a eso error? Porque, yo no lo consideraría así. Tal vez si me sintiera muy arrepentido de haberla besado entonces lo más probable fuera que se tratara de un error. Pero no era así: no tenía ni una gota de culpa por haber probado sus hermosos labios aunque fuera por unos cuantos segundos.

- Revisaré si tienes algún llamamiento – dijo Jofiel, sus ojos pasearon con agilidad sobre el registro. – Oh, sí, el arcángel Zadquiel tiene deseos de verte, de inmediato.

Suspiré de puro alivio. Zadquiel era mi superior, o mejor dicho, mi jefe. ÉL era mi dueño... Así que si Zadquiel me había llamado y no mi mismísimo dueño, tal vez significara que me había salvado de, probablemente, la paliza más grande de mi vida.

- Menos mal – susurré, viendo cómo Jofiel abría las puertas del Palacio.

- Mucha suerte, Raziel – y me despedí de Jofiel con la mano.

Entré al Palacio del Paraíso, sólo había estado allí un par de veces: la vez que morí en el otro mundo y me habían informado que no había concretado la misión que se me había asignado y la vez que me asignaron el puesto de Ángel Guardián de ___ (tn) Keys.

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora