CAPÍTULO 25...

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Mi primera reacción fue contener el aliento, pero me di cuenta de que estaban profundamente dormidos. Eso me alivió un poco, pero no descartaba la opción de que despertaran en cualquier momento.

El sol apenas comenzaba a salir, se veían los primeros rayos del sol asomarse por el horizonte.  Me levanté muy lentamente de las bolsas, siendo extremadamente cuidadosa de no hacer el menor ruido, ya que estaba de pie di un paso para salir a la acera, pero en eso, advertí que tenía un tobillo torcido y caí de golpe al suelo, esa vez si hice ruido.

- ¡OYE! – gritó uno de los secuestradores que se había despertado, despertando al mismo tiempo a los demás. No tenía tiempo, debía correr, pero ya…

Solté un alarido, me levanté del piso y comencé a correr con todas mis fuerzas, ignorando el dolor punzante de mi tobillo, el horrendo vestido que no me dejaba mover libremente las piernas y tratando de no caer al piso de nuevo.

Me dirigí al bosque donde podría encontrar un escondite.

Ellos corrían detrás de mí, pero yo les llevaba una enorme ventaja, no quería que me atraparan, no de nuevo.  Había un gran campo vacío que tenía que atravesar, antes de llegar a la espesura del bosque. Tropecé varias veces en el camino, haciéndome heridas en las manos y rodillas y lastimando más mi tobillo.

Llegué por fin al bosque, miré desesperadamente a mi alrededor, la sangre palpitaba en mis venas, mi cuerpo temblaba y la cabeza y ojos me daban vueltas. Localicé un enorme matorral y sin pensarlo dos veces me enterré en él.

Tal vez mi respiración me delataría o simplemente no me habría escondido bien y me verían.

- Güerita… - dijeron jadeantes cuando por fin llegaron - ¿Dónde estás princesita de Niall?

Me quedé lo más quieta posible, tratando de acompasar mi respiración. De repente oí un ruido como de… el gatillo de una pistola. Escuché, con mucho miedo en mi interior, y confirmé mis sospechas, uno de los sujetos tenía en mano un arma y en menos de lo que canta un gallo disparó al cielo. Sentí unas náuseas terribles, el sonido me dejó con un zumbido en mis oídos, comencé a marearme y a ver borroso, sentía que mi vida se me estaba yendo de las manos. Rompió el silencio del bosque.

- Te mataré maldita perra… ¿¡ME OÍSTE?! – gritó con una rabia increíble, pero no estaba dispuesta a que me mataran, no ahora, no hoy, no…

- Y ahora ¿qué haremos? – preguntó uno de ellos.

- ¡Encontrarla idiota!

- ¡Vamos cabezas de mosquito! Es más lista de lo que creí…

Se dirigieron en la dirección opuesta de donde yo estaba, solté un suspiro de alivio, por fin pude respirar otra vez. Solo tenía que esperar a que se fueran, y dirigirme a mi izquierda, donde según yo se encontraba la ciudad de Londres, si estaba equivocada, entonces toda esperanza estaba perdida. Esperé una eternidad, a que estuvieran lo suficientemente retirados para poder irme. Cuando por fin estuve segura de que se habían alejado lo suficiente salí de mi escondite. Fue el mejor alivio que alguna vez he sentido, pero el arma aún estaba en mi cabeza y un ligero temblor se hacía presente en mi cuerpo.

El sol se pasaba entre las ramas y hojas de los árboles, era sencillamente hermoso. No había tiempo que perder, comencé mi camino.

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Estuve para ser exacta tres días en el bosque. Caminando con mi tobillo roto, comiendo prácticamente lo que encontraba, extrañándolo, pasando frío todas las noches, pasando el peor rato de toda mi vida. Solo pensaba en Niall, solo en él, en sus ojos, en sus labios, sus besos, su piel, y también me preguntaba ¿me extrañará? ¿Me estará buscando? ¿Qué pensará cuando regrese?

Estaba cansada de caminar, de las noches frías y húmedas, y del olor del bosque, aunque el principio me gustara.

Después de todo ese tiempo… por fin llegué a la ciudad.

Era simplemente maravilloso, estaba de vuelta. No tenía idea de en qué parte de Londres me encontraba, pedí un taxi, y le pedí que me llevara a la dirección de la casa de Niall, pero una calle antes, para no revelar la casa de la más grande estrella pop del mundo.

Me bajé del taxi y caminé hacia la casa de Niall, estaba tan débil, que ni siquiera podía caminar recto, sentía que en cualquier momento me desmayaría.

Allí estaba la caseta del velador.

- ¡___(tn)! – exclamó al verme y corrió hacia mí, me apoyé en él para poder seguir en pie.

- Alan – respondí en un murmullo.

- ¿Dónde has estado? ¿Tienes idea cómo está Niall?

- ¿Está bien?

- Está muy preocupado

- Debo entrar, debo estar con él – me solté de él y éste abrió la reja – luego te cuento lo que pasó.

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NOTA DE LA ESCRITORA:

Bueno... creo que quitaré las preguntas :( ya que... nadie responde.

Para continuar el siguiente capítulo solo necesito 5 votos.... no es mucho, cierto? sé que pueden hacerlo apreciados lectores :)

Dejen sus comentarios abajo, ¿qué pasará luego?

Atte: Andrea :)

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora