CAPITULO 26: DESCONFIANZA

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La voz de Cindy nos detuvo de golpe, un corrientazo recorrió mi espalda y giramos. No confiaba mucho en Cindy pues no le creía nada lo que había dicho. Lo que estaba en su ropa era sangre sin duda y algo estaba tratando de ocultar.

—¿Han visto a Carl y a James? —Preguntó.

—No. ¿Por qué? —Contesté un poco nervioso.

—Es que pasó algo y no los vi por ningún lado. Me extraña que ellos se pierdan un alboroto... Y lo que más extraño me parece es que no se dieron cuenta que al lado de su casa hay un zombie colgado.

—¿Zombie?, ¿No crees pues en esas cosas? según tú son espíritus que poseen a las personas—Le replicó Mariana con un tono sospecha.

—Bueno... Claro que son espíritus, sólo hablaba en su idioma—Contestó Cindy observando a medias el suelo.

—Ok... La cosa es que tampoco los hemos visto. Mariana y yo salimos al amanecer y no notamos nada extraño, aunque el zombie si lo había escuchado—Contesté.

—Bien, si me doy cuenta que ellos dos salieron con ustedes algo malo les pasará.

—¿Nos estás amenazando?

—Tómenlo como quieran, yo sólo les aviso. Pueden largarse.

Giramos de vuelta observando la puerta y nos dirigimos a ella. Al salir de la iglesia hice un suspiro de alivio y Mariana hizo lo mismo, a ambos nos daba mala espina como Cindy estaba salpicada, un leve olor a sangre y encima de eso parecía ocultar algo.

Fuimos a casa de Carl para descansar un poco, allí seguía la madre de Chris colgada gruñendo cada vez más fuerte y la gente pasaba como si nada.

Golpeé la puerta 3 veces y Carl abrió la puerta. Toby al vernos corrió hacia nosotros dando ladridos de alegría y al llegar a nuestra posición saltaba dando latones. Lo abracé y sentí su suave pelaje, parecía un peluche gigante.

Después de un tiempo decidí acostarme en el sofá y descansar un rato. Mariana se quedó observando por la ventana. Después de cinco minutos Carl decidió sentare en el suelo justo al lado donde yo estaba.

—Si quieres mañana volvemos a salir, pero seremos pocos.

—¿A qué te refieres?

—Digamos que levantamos pocas sospechas, así que es mejor ir pocos y ser más ágiles.

—Esta bien ¿A quiénes traerás?

—Seremos tú, Mariana, James, Daphne y yo.

—Vale, ¿A la misma hora?

—Si quieres...

—Presiento un "pero" —Le interrumpí.

—Exacto, pero iremos a pie.

—Ok, quiero regresar a la montaña, a esas casas donde estuvimos hoy, presiento que ellos están por esos alrededores.

Carl sólo bajó su mirada y la volvió a levantar nuevamente.

—Está bien, más tarde le aviso a los demás.

Carl se levantó y se retiró. En la casa estaba ese olor a sangre que me recordaba a la iglesia, se me había olvidado que Daphne mató a uno de los guardias para usar el traje. Según Carl sabía qué hacer con el cuerpo, la verdad en ese momento no me interesaba ya que lo que quería era descansar. Sin pensarlo el sueño me fue atrapando poco a poco hasta que me quedé dormido.

Dos horas después:

Me desperté debido a una pequeña bulla que ocurría en la entrada del poblado. Se escucharon órdenes y varias camionetas pasando la entrada y estacionándose. Me levanté con los ojos casi cerrados y me dirigí hacia la ventana, Carl estaba afuera al igual que Mariana. Estaba sólo en la casa con Toby. Lo que pude ver fue una camioneta negra con un símbolo rojo, no lo pude ver bien ya que estaba un poco lejos. Decidí volverme a sentar y despertarme del todo. Hice un pequeño salto en el sofá al escuchar unos golpes fuertes en la puerta y lo que más me asustó fue de la forma en la que golpeaba, era muy rápida, como si la persona que golpeaba la puerta estuviese desesperada.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora