CAPITULO 44: GUERRA III

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Lo que estábamos temiendo ya estaba sucediendo. El bando de los zombies se había unido a la guerra y su único objetivo era comernos a todos.

Nosotros y los Cuervos Rojos empezamos a dispararle a los zombies como si nos hubiésemos puesto de acuerdo.

Sus cabezas eran acribilladas y hasta algunos de ellos, se distraían con los cadáveres devorándolos.

Aproveché la distracción de los muertos y en vez de disparar a los zombies, le disparaba a los Cuervos Rojos y así usar a los zombies a mi favor... O eso era lo que se me había ocurrido. Rachel, tomó una AK-47 que estaba en el suelo, le pertenecía a un hombre de los nuestros pero ya estaba muerto, en su cuerpo se podía ver varios disparos, en especial uno en su nariz... o eso era lo que quedaba de ella ya que estaba muy deformada.

Rachel cargó el arma y comenzó a disparar a los zombies que poco a poco aumentaban su número.

Jerry tomó una granada de fragmentación, quitó el seguro con la boca y la lanzó hacia la entrada del poblado. Rebotó unas dos veces hasta que explotó. el muro se movió debido a la potencia de la explosión junto con varios zombies que volaron en pedazos.

- ¡¡AYUDA!!

Ese gritó captó mi atención en medio de los disparos y demás. Giré mi mirada y allí se encontraba Julian, forcejeando con un zombie que lo tenía casi acorralado en una pared.

Carl también se dio cuenta de lo que le sucedía a Julian, apuntó con su arma y justo cuando iba a tirar del gatillo, un hombre de los Cuervos Rojos le empujó el arma hacia arriba. Ese hombre había aprovechado la distracción para subir la torre y atacar a Carl.

Ambos peleaban cuerpo a cuerpo, aunque Carl estuviera herido le golpeaba fuertemente.

El tipo de los Cuervos Rojos, le golpeó fuertemente en la sien, Carl quedó un poco aturdido y se sostenía la cabeza. El otro hombre aprovechó ese momento para sacar un cuchillo que tenía envainado en su tobillo mientras Carl volvía en sí. El hombre hizo su ataque y Carl pudo reaccionar tiempo anticipándose.

Ambos quedaron compitiendo entre fuerzas, sus brazos vibraban y las venas se empezaban a dilatar. En un momento, Carl le dio un cabezazo justo en la nariz. El golpe fue tan fuerte que el de los Cuervos Rojos retrocedió quejándose del dolor. Carl le dio una patada y lo empujó fuertemente, éste cayó desde lo alto de la torre haciendo que su cuerpo diese una vuelta en el aire. Cayó en el suelo justo sobre su cabeza, se escuchó un ruido de la nuca torciéndose y la cabeza medio abrirse. Carl se tomó unos momentos para respirar con calma y tranquilizarse.

Yo empecé a disparar hacia el zombie que tenía inmóvil a Julian, la parte trasera de su cabeza se fue abriendo debido a las balas atravesar su cráneo hasta que cayó al suelo. Cuando Julian se había librado de él, empezó a vomitar por el fuerte olor que el muerto tenía y al terminar, le disparó 4 veces en la cabeza en son de venganza.

- ¡Cuidado Will, atrás tuyo! - Gritó Julian advirtiéndome del peligro.

Me giré en seguida para reaccionar, lo que vi era un zombie que se acercaba corriendo, casi al llegar a mi altura, vi que su cabeza explotó. Carl le había disparado en la tapa de los sesos haciendo que el engendro tuviera una segunda muerte dolorosa.

El cuerpo de éste cayó a mis pies, observé el lugar de donde provino el disparo y pude ver a Carl con el cañón de su arma humeando. 

Los disparos volvían a caer sobre nosotros. Los zombies se estaban distrayendo devorando los demás cuerpos, me agaché para cubrirme y las balas impactaban con todo a mi alrededor. Carl, desde su torre, avisó que se acercaba otra oleada de zombies y como si fuera poco, uno era un Forc mutado... Eran de los que nos habíamos encontrado en aquel bosque cuando rescatamos a Julian y Rachel.

- Esto esta muy feo - Me dijo Jerry mientras cargaba su arma.

- Hay que tener preparadas unas cuantas granadas para ese Forc. - Agregué.

Los hombres de los nuestros se empezaban a sentir intimidados, cada vez éramos menos, pero lo que no veían era que la estrategia estaba dando frutos y que ellos también estaban siendo masacrados. Tal vez era por los zombies que se habían unido, pero eso ya se veía venir.

- ¡NO RETROCEDAN! ¡RECUERDEN QUE SU FAMILIA ESTÁN OBSERVÁNDOLOS! - Gritó Jerry.

- ¡VAN A MORIR TODOS! - Gritó uno de los Cuervos Rojos.

De repente, en medio delos disparos se volvió a escuchar otra cosa metálica rebotar. 

- ¡CORRAN! - Gritó Rachel lo más fuerte que pudo.

Todos nos levantamos, pude observar una granada roja acercarse a nuestra posición a punto de explotar. Comencé a correr con los demás y segundos más tarde, la granada explotó dejando fuego todo a su alrededor y un ensordecedor ruido. El calor se sentía y le agradecí a Rachel por su rápido aviso el cual nos había salvado la vida. 

- ¡¿Será que pueden matar a esos malditos de una puta vez?! - Escuché gritar a alguien.

Después Jerry observó cuidadosamente y allí vio a Big. 

- Hasta que por fin se muestra ese perro. 

Apuntó y tiró del gatillo, el arma disparó debido a que no tenía balas. revisó en todo su cuerpo para usar un cartucho pero no tenía nada. 

Yo lo observé y le dije que no tenía balas para esa arma. Rachel, al ver que Jerry necesitaba municiones, le lanzó dos cartuchos. Él recargó el arma y se asomó de nuevo para disparar. No vio a Big por ningún lado, pero si escuchó un sonido diferente al de los disparos. Parecía que estuviesen golpeando algo. Yo también percibí un sonido extraño, me asomé para ver qué era y pude observar a varios de los Cuervos Rojos golpeando la puerta de la iglesia, al parecer sabían que todo se escondía allí.

- Jerry, están intentado entrar a la iglesia.

- ¡Mierda! aún no he sacado todos los recursos. Seguro que saben en donde estan.

- Hay que impedirlo - Le dije.

Julian, empezó a dispararles, varios de ellos cayeron al suelo y se alertaron en seguida.  Ellos respondieron con más disparos y se cubrieron de repente. 

Cuando todo parecía estar casi normal, los zombies volvieron a atacar. Se podía ver como varios de ellos atacaban a los que intentaban abrir la iglesia, pero nosotros también fuimos atacados de repente. 

Empezamos a disparar y a retroceder, pues eran demasiados los que corrían hacia nosotros. Un hombre que estaba escondido en una barricada, empezó a correr desesperadamente para huir, lamentablemente fue alcanzado y cayó al suelo. Alzó su mirada hacia nosotros y empezó a gritar de dolor. Estiró sus manos hacia nuestra dirección, pero nosotros veíamos como su espalda era destrozada y como la piel se estiraba en las bocas de los caníbales muertos. Se dio vuelta para intentar batallar por su vida, pero es fue lo peor. Le abrieron el estómago, los gritos se hicieron más fuertes al sentir que todos los muertos metían las manos dentro de él, removiendo sus órganos y sacando sus intestinos para ser mordidos con fuerza.

Seguimos disparando, pero cada vez eran más. Empezamos a correr mientras las demás personas disparaban a los Cuervos Rojos y se defendían de los zombies. 

Poco después de correr cierto camino, sentí que me tomaban del pie, caí al suelo y me giré para ver que era lo que me había hecho caer. Vi a un zombie que no tenía piernas, estaba partido a la mitad y se arrastraba hacia mí. Apunté y le disparé rápidamente. Justo cuando me iba a levantar, un Killób cayó sobre mí, solté mi arma y quedé en el suelo peleando por mi vida.

Julian disparó en seguida y el Killób cayó sobre mi muerto, era un poco pesado por lo que tuve que hacer mucha fuerza. Cuando lo levanté, la sangre le empezó a salir por la boca y con lo que no conté era que esa sangre cayó dentro de mi boca.

Continuará... capítulo 45 

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora