El Despertar Z

CAPITULO 91: PROVOCACIONES

William:
Después de escuchar a Mariana decir eso me conmoví, BIg había dicho que lo iba a matar para comérselo... Y al parecer había cumplido su promesa.

Julian estaba junto con Rachel, de sus ojos salían lágrimas al igual que a Rachel, todos estábamos atónitos. Todos pensábamos en lo mismo, Toby fue el primero.

Carl caminaba de un lado a otro tocándose la cabeza desesperadamente. Mi visión seguía igual, veía muy borroso, sólo distinguía siluetas. No quería decir nada por el momento, en estas circunstancias quería mantener el perfil bajo por si alguna cosa sucedía, qué ironía... La visión empieza a mejorar justo cuando iba a morir.

Por otra parte, Jhon parecía estar dormido, no se movía, no hablaba y no reaccionaba ante nuestras expresiones. De hecho, en ocasiones me olvidaba de él, pero eso sí, debíamos disculparnos con él, pero eso ya sería más adelante, no era el momento.

— ¡Si salgo de acá juro que mataré a Big! —Gritó Carl fuerte.

Nadie dijo nada, nuestro ánimo ya estaba más abajo que del suelo.

De repente, Julian dijo:

—Bien... Creo que... Algo debemos hacer. Recuerden que antes nos escapamos, lo podemos volver a hacer.

—Esta vez es complicado -Respondió Mariana -Éste lugar es más grande, hay más personas, todo está bien vigilado y con Big de líder las cosas son peores.

—Entonces qué hacemos? -Preguntó Rachel.

—No lo sé... No sé qué pueda pasar, no creo que se nos presente alguna oportunidad para largarnos, no quiero ser pesimista, es sólo que todo pinta de esa manera.

—Big dijo que me necesitaba a mí y a Carl más que todo -Agregué -Quizás podamos sacar provecho de eso.

— ¡¿Y cómo?! recuerda que hay un científico, eso no es nada bueno. Nos van a hacer cosas horribles -Respondió Carl desesperado.

-Hay que mantener la calma, debemos pensar con cabeza fría, yo también estoy estresado e indignado con lo que le hicieron a Toby, pero debemos hacer algo, no nos podemos quedar de brazos cruzados o esperando a que nos maten. Hemos pasado por muchas cosas, hemos sobrevivido a muchos peligros y hemos evadido a la muerte.

De repente, tocaron la puerta y una voz dijo:

—Hola.

Todos observamos la puerta, la voz siguió hablando:

—Lamento que estén en esta situación.

— ¡Alexander hijo de puta! —Gritó Carl golpeando la puerta. Había reconocido su voz.

—No lo hice por nada personal, de verdad.

—¡Traidor de mierda! —Le gritó Mariana.

—Si no fueras por ti estaríamos en otro lugar sanos y salvos, Toby estaría vivo y quizá hubiéramos encontrado algo interesante.

—No están muertos, no lloren. Exagerados —Respondió Alexander.

—¡Lárgate imbécil! —Gritó Carl de nuevo golpeando la puerta mucho más fuerte.

No volvimos a escuchar respuesta alguna, al parecer Alexander se había ido, de hecho casi le grito algo, maldito traidor.

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Pasaba el tiempo y aún seguíamos encerrados sin hacer nada, sin hablar y con la noción del tiempo pérdida. No sabía si aún seguía de día o estaba atardeciendo o ya era de noche. Lo más probable era que estuviera de noche.