CAPITULO 36: SENTENCIA

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El anuncio despertó por completo mi curiosidad, me encontraba en casa de Carl recién despertaba y fui el primero en escuchar dicho anuncio.

Pensaba en mil maneras de castigo y entre una de ellas, era la famosa Expiación, pero pensándolo bien, seria una muerte rápida para ella. Sinceramente ella debía sufrir y sentir el dolor que ella causaba a los demás.

Sentí un leve ruido, era Carl, se despertaba de su siesta y después me observó.

- Hola Will, ¿Lindo día no?

Giré a verlo y le respondí:

- Hermoso diría yo, le van a hacer algo a Cindy, pero no se que es.

- ¿Y que estamos esperando? Andando.

Carl en ese momento sonrió y se notaba a leguas su felicidad. Por otro lado, al pisar con su pierna herida, suspiró y apretó su puño con todas las fuerzas que tenía y dijo:

- Se me olvida lo de la pierna.

Yo solamente me limité a sonreír y fui directo a dar un baño. Justo cuando abrí la puerta, sentí que estaba ocupado y alguien se estaba bañando en ese momento.
- ¿Quien anda ahí?

Era la voz de Mariana.

- Oh, lo siento. No sabía que estaba ocupado.

Ella al escuchar mi voz un poco nerviosa y quebradiza me dijo:

- Oh, ya que estamos aquí... Cierra la puerta y ven aquí, nos ducharemos juntos, ya sabes, para ahorrar agua. - Dijo con una voz muy picarona.

Yo empecé a temblar, podría decirse que era mi primera ocasión hablando en esos temas.

- Vamos Will... No te pongas nervioso.

Yo me quité la ropa y me quedé en ropa interior. Al entrar donde el agua caía. Pude ver a Mariana, no tenía sostén pero si tenia su otra ropa interior. Se me acercó lentamente y de repente juntó sus labios con los míos. La tomé por la cintura y la seguí besando.

Después, pasé mis manos lentamente sobre su mojada espalda acariciándola y sintiendo su suave piel. Ella me besaba el cuello y hacia lo mismo que yo con sus manos.

Pasaron 20 minutos y nosotros seguíamos en la ducha, Carl, miraba su reloj y ponía caras de confusión. Se dirigió hacia la puerta del baño y la tocó tres veces. Yo me asusté y separé mis labios de los de Mariana y dije:

- ¿Si?

- Oye Will... ¿Te demoras? ¿Has visto a Mariana?

Ella me hizo una señal tratando de decir que le dijera que no a Carl.

- Eh... ya casi salgo y no, no la he visto. Debe andar por ahí con Daphne o algo.

- Esta bien, pero sal rápido. Estoy que me hago encima y aparte de eso ya va a comenzar lo de Cindy.

- Oh, lo siento. Ya voy a salir.

Después de cinco minutos, salí de la ducha y me vestí con una camisa roja y un pantalón negro. Mariana poco después salió de la ducha y se vistió.

Después de un par de minutos todos estábamos listos y fuimos a la entrada del poblado junto con Toby. Mediante el camino, el recuerdo de cuando Cindy nos llevó fuera del poblado y esos zombies entraron a la casa. De repente recordé la traición de James, abrí mis ojos y mi mirada la dirigí hacia todas direcciones.

- Oye Carl, ¿Has visto a James? - Le pregunté inquieto.

- No me hables de ese bastardo.

- Hablo en serio, no lo vi después de que los hombres del poblado nos rescataron.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora