CAPITULO 14: TOBY

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Toby vivía con una familia de clase media el cual se componía de un hombre llamado Carlos que trabaja como camionero surtiendo tiendas, una mujer de nombre María que era ama de casa y un pequeño niño de cuatro años que le habían puesto de nombre Luis.

Anteriormente le llamaban al perro "Mike", lo adoptaron cuando lo vieron cachorro deambulando por las calles de la ciudad casi desnutrido y totalmente desamparado. Lo rescataron y en poco tiempo el perro le tenía cariño a la familia e hizo parte de ella.

La familia no quiso ponerle una placa en el cuello ya que hacía mucho ruido y el pequeño niño lo podría lastimar ya que ellos dos jugaban mucho.

Pasó el tiempo... como unos 3 años y ya todo el barrio amaba al pequeño amigo peludo. Jugaba con los niños, a veces traía el periódico a su propia casa y en algunos casos a los hogares vecinos, era amistoso con otros animales y jugaba con ellos... Simplemente era muy simpático y tierno.

En una noche fría Toby (o Mike en ese momento) dormía en la sala en una casita de madera que Carlos le había construido con mucho aprecio, sintió unos pasos inusuales en la casa cuando ya era muy tarde y se levantó creyendo que María o Carlos estaban en la cocina o caminando por ahí. Al caminar unos cuantos metros vio a un hombre totalmente desconocido vestido de negro abriendo cajones y tomando pertenencias de aquella familia; Un ladrón había entrado por una ventana que estaba mal cerrada. Toby ladró con mucha fuerza despertando a Carlos y a su esposa.

—¡Mike, Silencio! —Gritó.

Sin esperar más tiempo Toby mordió al ladrón en el antebrazo provocando un grito de dolor a su vez que Carlos enseguida notó que alguien estaba en la casa y Toby los estaba alertando. Se puso su pantalón a toda prisa y del armario sacó un bate de baseball (Beisbol para que algunos entiendan) y salió de su habitación, tomó dirección a la sala y allí encontró a Toby mordiendo al ladrón. Carlos se llenó de furia y golpeó al intruso en la cabeza y después en la nuca. Apartó a Toby y lo abrazó dándole las gracias por el heroico trabajo. Llamaron a la policía y se lo llevaron, el ladrón estaba un poco débil y sangraba por la cabeza.

El barrio enseguida se dio cuenta al día siguiente y a partir de ese día todos confiaban plenamente en Toby. Un cachorro callejero se había convertido con el tiempo en un personaje casi público en dicho barrio.

Una semana antes de que el apocalipsis iniciara...

Carlos estaba sin trabajo ya hace un buen tiempo y María había muerto por un paro cardiaco 3 días atrás. Luis tenía 7 años y vivía con sus abuelos... Lo único que le quedaba era su perro, su fiel amigo esponjoso que siempre estaba ahí acompañándolo. Entró en una depresión muy fuerte así que decidió tomar las pertenencias de Toby y se dirigió a una de las casas vecinas para regalar a Toby, algo tenía en mente y al parecer no era nada bueno.

Una anciana de 73 años abrió la puerta apoyándose en su bastón de madera y observó a Carlos de pies a cabeza y notó que salían lágrimas de sus ojos.

—¿Que te pasó? —Dijo la anciana preocupada.

—No preguntes... Solo quiero saber si cuidarás bien a Mike... ¡Júramelo! —Dijo Carlos en profundo llanto.

—Bueno... Esto es muy repentino pero no me caería mal un poco de compañía... Te lo juro, pero te veo triste... Pasa y tomamos una taza de café y hablamos, algo raro está pasando.

—Creo que no se va a poder —Dijo tomando suspiros —Tengo que hacer unos trabajos.

Dicho esto se marchó dejando la casita del perro y entró a su casa. En su mente pasaba la palabra "suicidio"... Estaba desempleado, su esposa estaba muerta y su hijo estaba viviendo en otro lugar. La vida ya no tenía sentido para él. Tomó una soga y armó una horca, la colgó sobre un pedazo de viga que sobresalía en el techo y sin decir ni una última palabra se ahorcó. Movía sus pies en el aire desesperadamente hasta que dejaron de moverse.

Toby por otro lado estaba llorando porque estaba en una casa desconocida, se paraba en la puerta y la arañaba con sus patas delanteras. La simpática anciana lo veía con un poco de lástima y le acarició el cuerpo. Dos días más tarde Toby se hallaba un poco tranquilo y la anciana escuchó desde su cuarto un pequeño alboroto al lado de su casa. Se asomó por la ventana y vio dos autos de policía y uno de criminalística forense. Salió con Toby y se acercó a la pequeña multitud; uno de los policías le advirtió que no podía pasar, el perro al ver su antiguo hogar corrió a toda prisa y entro a la casa. Vio a su amo colgado de una soga gruesa y sin vida. Las personas que estaban adentro haciendo el "levantamiento" vieron al perro y se quedaron viéndolo. Toby empezó a aullar y generó un poco de tristeza en las personas que se encontraban allí. Sacaron al perro a la calle y preguntaron por el responsable del perro. La anciana levantó su bastón y uno de los policías se dirigió hacia ella preguntándole.

—¿Este perro es suyo?

—Si... ¿Qué fue lo que paso?, ¿Por qué tanto alboroto?

—Resulta que el que vivía en esa casa se suicidó y una persona nos informó de que había visto el cuerpo colgado por la ventana. Es una pena.

La anciana se quedó estupefacta por que recordó la cara en llanto de Carlos cuando le entregaba a su amado perro. Se fue a su casa de nuevo y Toby se recostó sobre la alfombra a llorar.

El día en que el apocalipsis estaba tomando la ciudad, Toby se puso inquieto y al ver la más mínima oportunidad de escapar la tomaría. Subió a la habitación de la anciana y allí estaba observando todo lo que estaba pasando por la ventana que la tenía abierta; Toby sin pensarlo pegó un salto el cual pasó la ventana y quedó sobre el techo, siguió corriendo y saltó sobre un auto que se encontraba estacionado, tocó el frio asfalto con sus patas y siguió corriendo.

Pasado el tiempo veía a las personas muy raras, con heridas muy abiertas y profundas, sus ojos blancos o grisosos, caminando extraño y con sangre saliendo de su boca. Evitaba cualquier tipo de contacto con otras personas u animales pues él veía que todo andaba mal.

Pasado el tiempo ya muy avanzado, Toby se alimentaba en los supermercados o en las basuras que encontrara por el camino, Su vieja vida había comenzado cuando era tan solo un cachorro callejero. Toda la ciudad estaba olvidada, desastres por doquier y ningún ser humano normal. Su rutina diaria era buscar alimento, dormir y evitar a los caminantes, no sabía si atacaban también a los animales... era un poco inteligente.

En algunos casos escuchaba gritos, disparos, explosiones y eso lo aterraba haciendo que corriera como si no hubiese un mañana y se cansara, últimamente se le dificultaba encontrar comida y estaba perdiendo masa corporal poco a poco.

Un día cualquiera ya cuando el apocalipsis estaba muy avanzado y ya algunos zombies habían mutado o evolucionado decidió entrar a un centro comercial, iba en busca de comida y un lugar para dormir, pasó por una sección de electrodomésticos el cual estaba lleno de carteles, ofertas y por supuesto electrodomésticos. Justo a su derecha se encontraba un tostador el cual se activaba con el movimiento y emitía un sonido para avisar al usuario de que estaba encendida, la cola de Toby pasó cerca y el sonido que emitió el tostador lo asustó haciendo que corriera frenéticamente y se resbalara en un charco de sangre que estaba en su camino, se tropezó con una nevera el cual cayó sobre su cola y 3 microondas que estaban ubicadas encima de la misma. Toby hizo un chillido de dolor y trataba de escapar pero su cola no se lo permitía, cada que hacía un movimiento relacionado con la cola le provocaba mucho dolor y allí quedó atrapado por 2 días.

Al pasar 3 días seguía en dicha sección de electrodomésticos con su cola atrapada y generando chillidos de dolor. Para su sorpresa escuchó unos leves ruidos como de pasos comunes y corrientes. Al sentir una presencia pasar la sección emitió un ladrido y vio a dos hombres y dos mujeres armados hasta los dientes. Uno de ellos se acercó pero debido a la situación en la que se encontraba Toby desconfiaba de cualquier cosa. El mismo hombre que se acercó a él levantaba la nevera para ayudarlo y estuviera libre por así decirlo. Al ver esta acción simplemente quedó agradecido pero su cola le dolía, noto que una de las mujeres trajo consigo un tarro pequeño blanco y cuando lo aplicaron en su cola un ardor recorrió su cola y parte de su cuerpo. Estaba aún más contento y quería quedarse con ellos. Los demás querían acariciarlo pero seguía desconfiando hasta que sintió que sus intenciones eran buenas.

Salieron del centro comercial y subieron a un auto, Toby se subió con mucha felicidad y el sentir de hambre le había desaparecido por un momento. Uno de ellos le dio atún y recordó que necesitaba energías y un poco de alimento para su estómago. William, Mariana, Rachel y Julian era su nueva familia de ahora en adelante.

CONTINUARÁ... CAPITULO 15

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