CAPITULO 66: REUNIDOS

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Mariana:

Corría lo más rápido posible, pero mi pierna me lo impedía un poco, no estaba del todo recuperada y me empezaba a doler cada vez más.

Veía que el auto de alejaba, escuchaba también gritos diciendo que parara y que aumentara mi ritmo, lo hacía, pero cada que daba una pisoteada con mi pierna herida sentía un calambre en todo mi cuerpo.

— ¡DISMINUYE LA VELICIDAD! —Oí la voz de Rachel.

— ¡Están demasiado cerca! ¡Moriremos! —Contestó Jhon.

Sentía que la horda en cualquier momento me iba a atrapar, sentía prácticamente sus dientes perforar mi piel.

— ¡ESPERENME! —Grité del desespero, sentía que me iban a abandonar.

— ¡POR UN DEMONIO DISMINUYE LA VELICIDAD! —Sentí la voz de Alexander gritar.

Había mucha presión tanto en el auto como en mi parte, de cualquier modo no quería morir y menos devorada.

— ¡Mariana, por favor corre más rápido! —Decía William y como era de esperarse Toby ladraba.

No me querían abandonar, o eso quería pensar. Vi que el auto comenzaba a disminuir su velocidad, era mi momento para alcanzarlos.

La pierna me dolía mucho, pero a pesar del sufrimiento en el que estaba pasando, seguía corriendo. El auto ya traspasaba la destruida entrada del poblado, se me iba a dificultar esquivar los escombros pero me daba igual, quería salvarme.

La puerta del auto estaba abierta, para que al llegar subiera más fácil y allí pude ver a Rachel, animándome a correr más rápido. De repente uno de los zombies ya estaba por alcanzarme, Julian vio el retrovisor y sin pensarlo me advirtió:

— ¡Cuidado!

En seguida me moví hacia la izquierda, logré esquivar su ataque y para mi suerte se tropezó con los escombros y cayó al suelo.

El auto ya estaba en la carretera, al parecer se iban a dirigir a la ciudad. Yo ya pasaba la entrada del poblado, la horda ya estaba muy cerca, en algunos momentos veía pasar mi vida frente a mis ojos, pero luchaba por vivir.

Estaba ya cerca del auto, sólo me faltaba una corta distancia y estaría en el auto.

— ¡Salta y toma mi mano! —Me dijo Rachel mientras me tendía la mano.

— ¡¿Estás loca?! ¡Me haré daño!

— ¡Me detendré y tú subirás, pero tienes que ser rápida! —Dijo Julian preparándose.

— ¡¿Estás loco?! ¡¿Nos vas a arriesgar por una persona?! —Agregó Jhon nuevamente.

— ¡Tú te callas, estás aquí de metiche! —Le contestó Rachel furiosa.

Los gritos de los zombies me tenían aterrorizada. De repente el auto frenó en seco, era mi oportunidad.

— ¡YA, YA, YA! —Gritó Alexander.

Corrí como nunca lo había hecho, tomé la mano de Rachel y subí al auto. Pude notar que había una persona más que nunca había visto, también vi a Carl inconsciente y la expresión facial de preocupación por mí.

Julian pisó el acelerador y el auto dio un brusco movimiento, no había entrado del todo al auto así que por el fuerte empujón caí al suelo, me sostuve de la mano de Rachel. Mis pies y todo mi abdomen estaban siendo arrastrados, me estaba haciendo un poco de daño y la fuerza se me estaba acabando, estaba cansada de correr, mis energías estaban agotadas. Los zombies no paraban de perseguirnos, querían atraparnos.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora