CAPITULO 52: ENTIERROS

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William:

Notaba a Julian muy concentrado y un poco nervioso, vi cuando le quitó el seguro a la granada y en ese momento me preparé para correr. Cuando la granada fue lanzada empezamos a bajar la colina, no nos importaba si  caeríamos, solo nos importaba alejarnos y cubrirnos de la explosión.

De repente la estación de gasolina explotó, se sintió el calor en el aire y un leve pitido en nuestros oídos. El ruido fue muy fuerte y varios zombies salieron disparados por el aire y  la mayoría de ellos desmembrados.

Seguimos corriendo colina abajo mientras esquivábamos ramas, y rocas que nos estorban.

Algunos brazos y piernas caían cerca de nosotros, hubo una pequeña lluvia de sangre la cual salpicaba sobre nosotros pero a nosotros no nos importaba. Queríamos alejarnos de allí rápido y dejar esa horda atrás  o lo que quedaba de ella.

Algunos zombies al parecer nos detectaron, lo bueno es que eran pocos pero aun así no teníamos nada con qué defendernos. Llegamos a la parte plana del bosque y seguimos corriendo.

- Aún nos siguen - Dije mientras miraba hacia atrás.

- ¿Cuantos son? - Preguntó mientras tomaba su arma, como si fuese a disparar.

- Creo que unos ocho.

- Perfecto.

Julian se detuvo de golpe y dio media vuelta, apuntó con su arma y empezó a disparar. Los zombies empezaron a caer uno a uno hasta que después ya no quedaba ninguno.

- ¿Aún tenías balas? - Le pregunté.

- Sí, quise dejar un cartucho sin disparar por si algo pasaba.

- ¿Y no dijiste nada?, estábamos corriendo como pendejos - Le dije con un par de risas.

- Hay que hacer ejercicio, tu estado físico es un poco malo.

- Ja-ja-ja, que gracioso.

Descansamos un poco para tomar aire y calmarnos. Ese bosque me recordaba cuando salvé a Julian y a Rachel con los demás y la pelea que tuvimos con ese Forc, era como una película. Después de un tiempo volvimos a caminar de vuelta hacia el poblado, la misión había sido exitosa

Después de unos diez o veinte minutos, llegamos de nuevo al poblado, todo estaba vacío, con algunos cuerpos a la vista y con los escombros esparcidos por todas partes.

Carl bajó de la torre de vigilancia en la que se encontraba y caminó hacia nosotros, de hecho no cojeaba y eso se me hizo muy extraño.

- ¿Cómo les fue? ¿Por qué tardaron tanto? Estaba preocupado.

- Tranquilo - Contesté - Encontramos una estación de gasolina y se me ocurrió una idea.

- Ah entiendo, ¿Eso fue lo que explotó tan feo?

- Exacto, y yo la exploté - Le respondió Julian con una sonrisa.

- Genial, ahora si se viene lo triste de todo esto, daré la señal para que todos salgan - Agregó Carl un poco cabizbajo.

- Un momento, antes que des esa señal, ¿Cómo esta tu pierna?

- Aún me... Un momento... No me duele - Dijo sorprendido a la vez que golpeaba el suelo con el pie.

- ¡No me duele! - Dijo más sorprendido aún.

De repente bajó su pantalón y  comenzó a quitarse la venda rápidamente. Cuando se la quitó vimos que no tenia nada, no tenía ni siquiera la cicatriz de lo que Cindy le había hecho.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora