CAPITULO 93: CINDY XII

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Las sombras seguían avanzando y los gruñidos de esas cosas me ponían a temblar, abrazaba a Luis con fuerza para sentirme segura y protegida, temblaba mucho y me salían lágrimas, sentía mucha presión sobre mí.

Luis me acariciaba la cabeza y parte de la espalda para relajarme, funcionaba, pero igual no dejaba de sentirme en peligro. Era una gran cantidad de zombies que estaba avanzando en frente de la casa, si alguno nos percibía estaríamos bien muertos. Había un leve olor a carne podrida, tenía un poco de náuseas, pero no debía hacer ruido, sólo abrazaba a Luis... Era lo que más me importaba.

Seguíamos allí agachados y abrazados, sin movernos y esperando que ninguno de aquella manada nos detectara, estábamos asustados esperando cualquier milagro. De repente, entre tanta y tensión, se escuchó un fuerte golpe en la ventana y segundos después en la puerta. Quería gritar como nunca, estaba espantada y aterrada, el miedo me consumía a tal grado que cuando temblaba se podían notar con gran facilidad.

—Ssshh, tranquila. No hagas ningún ruido.

Algunos de los zombies gritaban, esto me daba aún más terror... Aquellos gritos desgarradores me ponían como un cachorro asustado. Para muestra suerte, los zombies seguían avanzando y los ruidos o golpes que habíamos escuchado, al parecer fue porque algunos se tropezaron... O eso ví en las sombras. Quería que todo terminará, eran los minutos más extensos y aterradores de mi vida, jamás me había sentido tan en peligro.

Pasado otro rato más ya todo estaba en silencio, no habían sombras ni gruñidos ni nada por el estilo. Luis se levantó y me dijo:

—Quédate aquí, iré por la cámara.

Yo lo sostuve rápidamente de la mano y le dije en voz muy baja:

— ¡Quédate! ¡Te van a ver!

—Tranquila, ya no están, se fueron.

—¡No te vayas! ¡Estoy asustada!

—No entres en pánico, tranquila. Ya pasó, estamos a salvo, calma —Me dijo mientras me tomaba de la mano y después me daba un abrazo.

Se alejó lentamente sin hacer ruido, tomó la cámara y caminó hacia la cocina. Me trajo un vaso de agua y nos dirigimos hacia su habitación. Reprodujo el video que grabó y lo que vi me puso los pelos de punta. Eran demasiados zombies, unos chocaban con otros, no imaginé tal cantidad. No quise ver más giré mi cabeza hacia otro lado, estaba totalmente aterrada, jamás había sentido tal miedo, en realidad esto estaba pasando, deseaba desde lo más profundo de mi ser que todo esto fuera una pesadilla, pero por más que tratara de pensar en ello sabía que las cosas no eran así, todo era verdad.

—Si quieres quédate a dormir aquí conmigo.

Lo observé directo a los ojos y pude notar que Luis se puso nervioso.

—Juro que no lo digo con otras intenciones.

Seguía observándolo hasta darle un abrazo de agradecimiento por todo lo que estaba haciendo por mí. Seguía con miedo, pensaba que seguían pasando zombies al frente de la casa, por lo que me movía lento y sin hacer ruido, aquel momento me había impactado... Con el sólo hecho de pensar siendo devorada por cientos de esas cosas me ponía nerviosa y en algunos casos lo sentía como si estuviese pasando de verdad. Me acosté junto a Luis, me sentía más confiada y segura, debía esperar a que amaneciera, para sentirme aún más tranquila.

****

Eran alrededor de las 5:00 am, o eso había calculado. No podía dormir, aún seguía agobiada pero poco a poco me iba calmando. De repente, sentí que Luis comenzó a moverse y puso uno de sus pies sobre una de mis piernas. Sin esperármelo, lo retiró en seguida y se levantó muy apenado diciendo:

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora