CAPITULO 109: CINDY XVII

3.6K 365 130
                                    

Cindy:

Todo lo que estaba pasando con Samantha me tenía desesperada. Me enojaba verla así toda nerviosa, frenética y con miedo. Si esa cosa estuviera cerca lo sabríamos de inmediato, ya fuera por los ruidos que haría o por los dolores en nuestras heridas. Definitivamente ese infeliz nos había inyectado algo, y yo buscaría la forma de sacarme eso... Sin importar como fuera, estaba decidida a liberarme.

Después de calmarme un tiempo, me acosté en la cama y cerré mis ojos. Estuve mucho tiempo así, pero sin poder dormir. Había mucho silencio en la casa, Samantha sorpresivamente estaba en silencio, eso me calmaba a mí de igual forma. Pasaron alrededor de 15 minutos hasta que el silencio se vio interrumpido por Samantha.

—¡¿Ahora qué carajos te pasa?! —Grité enojada.

Después de haber dicho esto, escuché un grito, era ella. Rápidamente me levanté de la cama y me asomé con cuidado por la puerta de mi habitación, allí pude escuchar unos pasos que se acercaban a gran velocidad y de repente Samantha apareció.

—¡Escuché un ruido! —Respondió.

—Entonces habla más bajo... ¿En dónde escuchaste el ruido?

—Aquí... Dentro de la casa.

Respiré profundo, observé a ambos lados y le dije:

—Dime en que parte lo escuchaste. Iré a inspeccionar.

—¡¿Estás loca?!

—¡¿Tienes una mejor idea?! Hay que asegurarse de lo que hay aquí.

Ella me miró a los ojos y después dijo:

—Cerca... Cerca de...

—¡Habla rápido!

—Cerca... Cerca de la cocina.

Estaba un poco nerviosa, pero podría ser cualquier cosa. El zombie ese que nos perseguía... Dudaba que era él, ya que usualmente haría ruido, aunque podría ser sigiloso. De todas formas, iría a investigar.

Caminaba despacio y con suavidad para no hacer mucho ruido, mi corazón latía muy fuerte, de hecho, ni yo misma sabía por qué lo hacía, pero, de todas formas, seguía adelante. Estaba cerca de la cocina, tomé aire y empecé a asomarme con delicadeza, observando todos los rincones del lugar, pero no lograba ver nada. De repente, sentí un ruido que venía desde la parte de atrás de la cocina. Samantha estaba detrás de mí, llena de miedo y su respiración se podía escuchar muy fuerte. Entré en la cocina y rápidamente cogí un cuchillo, lo agarré fuerte y comencé a avanzar mucho más segura. Al llegar al lugar de donde había escuchado el ruido, no logré ver nada, todo estaba vacío, no había nada fuera de lo normal. Observé a Samantha y le dije:

—Aquí no hay nada.

El ruido volvió a escucharse, y esta vez, detrás de mis pies. Samantha después dijo:

—Creo que se origina en ese cajón.

Giré rápidamente y observé lo que había, el cajón estaba entreabierto, y me agaché lentamente con mucha desconfianza. De repente, el cajón empezó a sacudirse, sin pensarlo abrí el cajón y Samantha, al igual que yo, gritamos. Del cajón saltó un ratón y un grillo, ¡Como detesto a esos bichos!

Salimos de la cocina corriendo y le grité a Samantha:

—¡¿En serio me haces perder el tiempo?!

Samantha se puso roja de la ira y respondió aún más fuerte:

—¡DEJA DE SER TAN AMARGADA! ¡Estoy muy asustada y tú no ayudas a calmarme!

—¡No me importa! ¡Ya te dije que si esa cosa está cerca lo sabremos! ¡Deja la puta paranoia!

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora