CAPITULO 87: CINDY X

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Lo que faltaba, un tipo apuntándonos con un arma justo cuando íbamos a llevarnos todo.

—Hey amigo, tranquilo. Podemos repartirnos lo que hay acá.

El hombre nos seguía observando y después dijo:

—Yo no quiero compartir nada con ustedes, ¡Fuera de aquí o los mato!

—Nosotros llegamos primero —Le dije un poco asustada.

El hombre me observó y dijo:

—Déjale esa frase a los niños pequeños, a ti no te queda bien... Es más, todas las tiendas que hay en este sector son mías, si entro a una y los llego a ver, estarán muertos.

Luis me observó y después dijo:

—Vale, nos iremos.

Comenzamos a caminar lentamente, el hombre no despegaba la vista de nosotros y ni siquiera parpadeaba. Comenzamos a correr ya afuera y nos detuvimos en otra tienda del sector.

—Habrá que buscar la forma de entrar —Dijo Luis decidido y observando el lugar.

— ¿¡Estás loco?! ¿No escuchaste lo que dijo ese loco?

—Si, lo escuché perfectamente. Vamos a hacerle una trampa.

—¡¿Quieres que nos maten?

—Podría ir por mi arma y acabarlo sin que él se lo espere, pero no quiero hacer ruido, pueden haber zombies cerca. Hay que matarlo de forma silenciosa y tomar su escopeta.

—No Luis, hay que irse de acá, tengo miedo.

Luis me miró a los ojos y después sentí que tomó mis manos:

—Samantha, aquí el miedo puede ser tu enemigo, todo lo civilizado se acabó, entiende eso. Hay que mantenerse vivo como sea y no voy a desperdiciar todas estas tiendas por un sólo hombre. Si fuera varias personas ya sería diferente.

Necesitaba un abrazo en ese momento, pero me daba cierta vergüenza con Luis. Él seguía observando hasta que vio una ventana. Me dijo que vigilara por si el hombre decidía venir hacia nosotros y eso hice.

Después, con el mango del cuchillo, Luis golpeó la ventana haciendo un agujero para poder entrar, el ruido de los cristales rotos me asustó, giré y observé a Luis.

—No hagas tanto ruido —Le dije angustiada.

—Ven aquí y entra rápido, el ruido pudo alertarlo.

Corrí hacia él y entré por la ventana, con cuidado para no cortarme. Entramos a otra casa que tenía otra tienda, pero ésta era un poco más grande.

—Bien, ahora hay que tener paciencia, cuando salimos no vi ningún auto, eso significa que su refugio está cerca o va a llevar todo arrastrado con algún costal o qué sé yo.

— ¿Y qué plan tienes?

—Bueno... Puede ser algo que no te guste. —Me respondió caminando hacia la puerta de la habitación —Yo me voy a esconder detrás de ésta puerta, tú cuando escuches que ese hombre está adentro, necesito que hagas cualquier ruido.

— ¿Acaso me quieres usar como carnada?

—Ehh... Algo así, pero no vas a estar en peligro porque cuando el cruce y entre aquí, le voy a clavar el cuchillo en el cuello.

—Pero con sólo verme puede disparar en seguida, ¿Quieres que me maten? ¿O es que no quieres ponerte en riesgo y salvarte?

Luis se me quedo viendo nuevamente hasta que después dijo:

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora