CAPITULO 45: GUERRA IV

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Esa sangre sabía horrible, la escupí rápidamente y empecé a toser... poco después a vomitar. 

- ¡Párate ya que se acercan! - Gritó Julian.

Sentía muchas nauseas, me levanté un poco mareado y comencé a correr. Miraba las ventanas de las casas y en algunas de ellas se podían ver a mujeres y niños viendo lo que sucedía, los gruñidos de los zombies se intensificaban lo que significaba que iban a hacer todo lo posible por devorarnos. 

De repente escuchamos varios vidrios romperse, dirigimos nuestra mirada hacia atrás mientras corríamos y vimos a los zombies tratando de entrar por las ventanas de las casas.

Seguimos disparando pero eran demasiados, decidimos correr y escondernos por un rato.

Cuando paramos de correr, Jerry se me acercó muy asustado y me preguntó con bastante inquietud:

- ¿Has tragado saliva?

Al parecer había visto lo que me había pasado y le respondí con seguridad:

- No.

- Bien, no lo hagas hasta que todo esto acabe, por lo tanto escupe y no tragues nada.

Todos observaban a Jerry asustados y varios ponían sus manos sobre mis hombros. No sentía ningún malestar ni nada por el estilo, el virus aun no estaba dentro de mi cuerpo pero si en mi boca y no sabia que hacer para limpiarla.

Los disparos de ambos bandos cesaron, todos nos quedamos en silencio y decidimos dirigirnos de nuevo a la zona de combate. Los gruñidos de los zombies se sentían pero no estaban lo bastante cerca para preocuparnos. Sentíamos unos temblores suaves y vi a Carl bajar de su torre de vigilancia con gran velocidad y mientras se escondía  gritó:

- ¡Forc!

Toda la zona estaba en silencio, en algún momento la guerra se iba a desatar de nuevo y alertarían a esa cosa. Por un agujero de la barricada pude ver al Forc entrando, tenía una gran cortada en su estómago y sus intestinos colgaban. Se le podía ver una parte de las costillas y en su rostro tenía medio cráneo al aire libre.

Todos estaban silenciosos y no se atrevían a hacer ningún ruido, todos estábamos bien escondidos esperando a que ese Forc se fuera pues era uno de los más agresivos.

El zombie mutado y pesado caminaba lentamente, observando hacia todos lados en busca de carne fresca, los zombies normales que anteriormente habían entrado, comenzaron a caminar por todos lados, gruñendo y con pedazos de carne humana colgando en sus bocas.

Varios de ellos caminaban cerca del Forc y cerca de nosotros también, cosa que nos preocupaba ya que si los normales nos veían, nos atacarían y alertarían al más peligroso de todos.

El Forc empezó a avanzar, sus gruñidos graves ponían los pelos de punta y se acercaba a la posición de Carl. De repente empecé a marearme y ver todo borroso, sentía ganas de vomitar pero no tenía nada en el estómago.

Jerry noto que me estaba debilitando y me tomó del hombro.

- ¿Te sientes bien? - Preguntó susurrando.

Moví mi cabeza diciendo que no y después sentí varias punzadas en mi pecho. En ese momento creí que el virus estaba haciendo efecto y me iba a convertir en uno de ellos lentamente. Pero era algo extraño, no había tragado nada, todo lo escupía y no me atrevía a suspirar, a lo mejor eran cosas de mi mente, pero en todo caso no me sentía bien.

El Forc se acercaba lentamente hacia Carl. Él recostó su cabeza en la barricada, esperando a que un milagro sucediera y el Forc cambiara de rumbo, pero sus esperanzas se debilitaban cada vez más.

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