Mordía la carne de ese perro con muchas ganas, parecía estar loca, pero me estaba saciando, sentía una gran satisfacción cuando mordía y tragaba esa carne ya casi podrida y en algunas partes, con hongos. Por una parte, me daba asco, pero por otra, mi cuerpo pedía más y más.
Pasado ya un rato, mi cabeza estaba llena de sangre, entre mis dientes tenía carne de ese zombie canino y en mi boca estaba el sabor a sangre. Respiré profundo cerrando mis ojos y echando mi cabeza hacia atrás, estaba muy satisfecha. Caminé hacia la salida y al girar mi cabeza hacia la izquierda, me pegué un buen susto... Me asusté con mi propio reflejo. Mi rostro era un desastre, debía limpiarme cuanto antes, no quería tener eso más sobre mi piel.
Observé la comida y tomé una dura decisión. Por lo que antes había visto, la comida no me iba a servir de nada, porque sentía que no me llenaba, mientras que la carne de otras cosas si... Era muy raro. De cualquier forma, había decidido dejar esa comida ahí, que alguien más la encontrara. No se lo devolvería a Samantha, seguramente me mataría si me veía, además, desde el momento que la abandoné, tenía ganas de meterle un tiro en la cabeza, estaba ya harta de ella y de sus preocupaciones.
Simplemente salí dela carnicería y empecé a caminar nuevamente, dejando atrás lo que había robado... Todo lo que había hecho fue en vano, todo lo que había tomado ya no me servía, me sentía decepcionada de mí misma, pero, por otro lado, me sentía más rápida, más resistente.
Al día siguiente:
No me di cuenta en qué momento me había quedado dormida, simplemente, abrí los ojos y estaba en uno de los lugares más conocidos de Manizales el "Parque Caldas". Estaba en una de las gradas que había, me desperté tocándome la cabeza y mirando a mi alrededor.
—¿Cómo llegué aquí? —Me pregunté.
Mi rostro seguía lleno de sangre, que, por cierto, estaba seca. Me levanté en seguida y entré justo al centro comercial que estaba al lado, que tenía el mismo nombre. Rápidamente, busqué los baños, para poder encontrar agua, pero las llaves no funcionaban, era como si no hubiera agua.
Golpeé la llave y rápidamente busqué las habitaciones de los conserjes, seguro tenían agua, ya fuera en llaves o en tanques. En el centro comercial había varios, por lo que me tocaba investigar uno por uno. Ya casi terminando, en una de ellas, había un tanque con agua regularmente sucia, era mejor que nada. Metí mi cabeza y empecé a lavar mi cara y mi pelo. El agua iba quedando roja, hasta que al final, mi cara estaba limpia, aunque no del todo como esperaba, pues mi rostro olía muy mal. Me valía un carajo, total el mundo estaba jodido y cualquier cosa olía pésimo, así que lo dejé. Todo estaba destruido, ventanas y vitrinas destrozadas, había más gente viva, debía encontrar ayuda.
Salí del centro comercial, ya con mi cara libre de sangre. Tomé aire y me senté, debía pensar qué hacer, dónde ir... Recobrar mi posición de líder en alguna parte, me hacía falta tenerlo todo como en el poblado, hasta que esos malditos llegaron y todo se fue a la mierda. Tenía que matarlos, me gustaría ir a cazarlos... Pero no sabía por dónde comenzar.
Me levanté de nuevo, hasta que escuché un sonido a mis espaldas, provenía dentro del centro comercial. Era como si alguien empezara a correr.
Me giré rápidamente, estaba asustada y muy nerviosa. Comencé a alejarme lentamente, hasta que sentí una voz desde el interior:
—¡No te vayas!
Estaba impresionada. Después, de una esquina, salió un hombre mayor, le ponía alrededor de unos 70 años. Estaba bastante desconfiada, al verlo, me seguía alejando mientras que él decía:
—No te preocupes, no te haré nada. Solo te quiero ayudar.
En ese momento me detuve y le respondí:
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El Despertar Z
HorrorEn un laboratorio, un experimento fallido es el inicio del caos en el planeta tierra. Un apocalipsis zombie es inmediato provocando muertes, catástrofes, tragedias y probablemente el fin de la humanidad. Un chico lucha por sobrevivir y buscar una sa...