CAPITULO 72: CINDY V

6.1K 433 246
                                    

Allí estaba yo, en aquella posada sorprendida de lo que estaba viendo... Mi mejor amiga que creí muerta estaba en frente de mí, con un rostro lleno de impresión al igual que el mío, no lo podía creer, era ella de verdad.

Solté mi bate y empecé a correr hacia ella con los brazos abiertos y con una enorme sonrisa. El dolor que tenía el brazo había desaparecido de repente, mi emoción era demasiada, en mi cuerpo sentía una sensación que desde hacía mucho tiempo no sentía.

Al llegar hasta ella le di un fuerte abrazo mientras reía. Ella, al igual que yo, me abrazó y exclamó:

—¡Cindy!

Después del fuerte abrazo nos observamos a los ojos, su ropa quedó un poco manchada de mi sangre pero ella no lo notó, de igual forma, nada era más importante que nuestro reencuentro.

—¿Dónde has estado? ¿Por qué no me dijiste que estabas viva? ¿Dónde has estado?

La bombardeaba con preguntas, tenía demasiada felicidad pero también tenía muchas preguntas.

—He pasado por muchas cosas, es una historia muy larga y para contártela necesitamos de un buen tiempo —Me contestó sonriendo.

—Igual yo, he pasado por mucho, no te imaginas las cosas por las que he pasado, por las que he tenido que hacer.

—Bueno, ya que estamos juntas vamos a tener tiempo de contar nuestras historias. ¿Tu arma para defenderte es un bate?

—Si... Las armas de fuego no crecen en los árboles, últimamente están difíciles de encontrar hasta en los lugares más obvios.

—No te preocupes, cuando estemos en mi casa te presto una.

Ella comenzó a observarme de pies a cabeza, lenta y cuidadosamente. Me sentía un poco incómoda, estaba sucia y olía mal.

De repente ella hizo un suspiro, me observó nuevamente y preguntó:

— ¿Qué te pasó en el brazo?

En ese momento el dolor volvió de golpe, hice un par de gemidos de dolor y respondí:

—Esto me lo hizo un zombie mutante, el muy maldito me clavó uno de sus pinchos que salían de un látigo donde se supone debería estar su mano, lo único que encontré fue alcohol para la herida.

Ella retrocedió y rápidamente sacó una pistola plateada, me apuntó en la cara y yo quedé desconcertada.

—¡Oye que te pasa! —Grité temerosa.

-Si eso te lo hizo uno de esos muertos vivientes no puedo arriesgarme a que te conviertas y me mates.

— ¡Serás perra!

—Entiéndeme, mi sobrevivencia está en juego, mi vida está en riesgo teniéndote a mi lado con en esas condiciones.

— ¡¿Así es como me tratas después de nuestro reencuentro?! ¡ZORRA!

— ¡Hey!, debes entenderme. Eso te lo hizo un zombie, ya debes de estar infectada y probablemente te conviertas, no quiero morir devorada.

— ¡Maldita hipócrita! —Grité aún con más fuerza — ¡Quita esa mierda de mi cara!

—El virus ya debe estar dentro de ti, infectando cada rincón de tu cuerpo.

— ¡PERO NO SIENTO NADA! —Grité como loca —¡Lo único que siento es dolor, nada más!

Me sentía traicionada y pisoteada, en pocas palabras me sentía como un animal. Mi "mejor amiga" que tanto anhelaba poder ver me estaba apuntando con un arma, eso era un insulto para mí.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora