CAPITULO 101: CINDY XV

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Samantha se limpió las lágrimas rápidamente y empezó a correr. Yo hice lo mismo y empecé a seguirla. No sabía a dónde se dirigía, pero al parecer sabía a dónde ir. Nos alejábamos lo más que podíamos de ese zombie, de alguna manera nos estábamos salvando. Mi brazo volvió a doler más de lo normal y el grito de esa cosa volvió a escucharse. Hice un par de gemidos del dolor y cubrí mi herida con la mano.

— ¡Corre más rápido! ¡Sigue tras de nosotros! —Me gritaba Samantha desesperada.

Me estaba cansando, mi cardio no era lo mejor, por lo que, aparte de estar cansada, me estaba quedando sin aire y me empezaba a doler el pecho, no tenía muchas balas en mi arma, deducía que me quedaban por lo mucho 4 o 5, debía usarlas sabiamente... O usarlas en caso de extrema emergencia.

Samantha seguía corriendo, no tenía ni la menor idea de hacia dónde se dirigía, pero debía ser un buen escondite o de lo contrario no nos valdría de nada seguir corriendo, ya que esa cosa nos estaba volviendo a perseguir. Unas 4 cuadras más tarde, Samantha se detuvo en una tapa de alcantarillado y me dijo:

— ¡Ayúdame a levantar esto!

—Yo no me voy a meter ahí —Le respondí con asco.

— ¿Acaso quieres morir? ¡Ayúdame!

—Debe haber otro camino, ¡eso es repugnante!

— ¡Pues no lo hay! ¡Dale rápido que ese monstruo nos va a alcanzar!

La miré a los ojos y después ella se agachó a la tapa, sacó una barra de hierro de un extremo que había en la tapa de concreto y empezó a tratar de levantarla.

— ¡Rápido! ¡Esto es muy pesado!

— ¡Ahí no me voy a meter! —Le respondí con un grito.

De repente, ella soltó la barra de hierro y se acercó a mí, me observó un par de segundos a los ojos y me dio una fuerte bofetada.

— ¡Reacciona! —Exclamó.

En ese momento le iba a disparar, nadie me toca la cara y menos de esa manera, pero después pensé en todo lo que ella tenía y logré controlarme, aún no era el momento.

Con un poco de ira me agaché hacia la tapa y saqué la otra barra de hierro que estaba en el otro extremo. Samantha contó hasta 3 y ambos hicimos fuerza para levantarla. Aquella tapa era muy pesada y apenas se movía.

— ¡Con más fuerza! —Gritó Samantha desesperada.

Tomamos aire y con mucha más fuerza, tiramos de aquellas barras, pero no éramos capaces de retirar la tapa de concreto.

— ¡Mierda! —Exclamé dando un fuerte pisotón.

Ese zombie se acercaba, se podía sentir. Se escuchaban varios vidrios romperse, esa cosa estaba destruyendo todo a su paso, las ventanas de los autos y hasta también de las casas.

— ¡Hagámoslo de nuevo!

— ¡Esta cosa no se levanta! —Volví a gritar desesperada.

— ¡Hay que seguir intentando, no tenemos otra salida!

— ¡Claro que sí! ¡Seguir corriendo!

— ¡Eso hemos hecho y aún no lo hemos perdido, sigue detrás de nosotras!

Dirigí mi mirada hacia el ruido que provocaba ese zombie, y a lo lejos, pude ver su sombra acercarse. Me llené de miedo enseguida y agarré de nuevo la barra de hierro, Samantha hizo un suspiro y volvió a contar hasta 3. Esta vez hicimos mucha más fuerza, la tapa se levantó un poco más pero nuestro aliento no nos dio para más.

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