CAPITULO 118: ¿ENFERMEDAD?

3.9K 305 126
                                    

William:

—¿Luis? Creo que me suena de algo.

—Bien, lo que sea. Hay que movernos cuanto antes, el científico me advirtió de algo y hay que estar lejos de aquí cuanto antes. Oye... tus ojos... Están rojos.

—Creo que eso ya me lo han dicho, no sé por qué se habrán puesto así, en fin, esto lo podemos dejar para después. ¿Entonces es cierto que el científico está de nuestro lado? —Quise asegurar lo que él había dicho.

—La verdad no sé qué decirte, ha estado extraño, pero si me advirtió de eso, supongo que si.

—¿Y que te dijo pues?

—Por el momento no te puedo decir, es algo complejo y no tengo tiempo para explicarte. Solo vine a decirte que estés preparado porque en cualquier momento vendremos por ti y él, pero y nos iremos de aquí.

Luis al terminar de decir esto, corrió hacia la puerta y ante de salir, volteó y me dijo:

—Por cierto, dile al científico que no te vuelva a amarrar.

Después, cerró la puerta y empezó a correr. Los disparos seguían hasta que de un momento se detuvieron. Sin esperármelo, mi cabeza empezó como a palpitar, me dolía, aunque no mucho... Y no sé por qué, pero pensé en Carl, algo me decía que él tenía que ver con esos disparos. Obviamente me preocupé, ¿Acaso lo habían matado? ¿O quizás los habían fusilado a todos? Me esperaba cualquier cosa, pero esa "conexión" extraña que tenía con él seguía sintiéndola, eso significaba una cosa, seguía vivo, y esperaba que los demás también.

EL zombie que estaba encerrado conmigo seguía moviéndose y tratando de hacer ruidos con su garganta. No pude evitar acercarme para observarlo detenidamente. tenía venas oscuras que pasaban por su vientre y parte de la cara, sus ojos eran blancos y en algunas partes tenía un suave color amarillento, su paladar estaba muy maltratado y uno de sus costados estaba abierto. Varios calambres pasaron por mi espalda y mis pelos se ponían de punta. A estas cosas las iba a ver más seguido, debía acostumbrarme, pero era algo muy difícil, tenían heridas muy grandes en sus cuerpos, y esos ojos me daban mucho mal rollo, era algo como un miedo que tenía por mi parte. También, no pude evitar tocarlo, aunque me diera miedo, no tenía cómo hacerme daño. su piel era un tanto áspera y fría, se sentían muchas vibraciones, era algo extraño, y en muchas partes, su piel era brillante, algo parecido como si alguien tuviera la piel grasosa.

Más tarde, me hice al lado de Toby, lo abracé y le di un beso en su cabeza. Sus lametones no se hicieron esperar, me sentía contento de poder abrazarlo y sentir su pelaje, sus ojos estaban fijos en los míos, y a pesar de estar tan débil, trataba de sacudirse y ladrar. Hice una sonrisa, era algo hermoso, tanto, que mis ojos se cristalizaron. Toby empezaba a tranquilizarse, cerraba sus ojos por momentos y recostaba su cabeza en mi cuerpo.

El científico seguía sin aparecer, empezaba a creer que algo le había pasado, aunque estaba más cómodo sin él aquí, sentía tranquilidad a pesar de estar en donde estaba, su presencia se podría decir que me alteraba, aún más con lo que me había dicho hace rato, eso me tenía un tanto nervioso, no sabía si creerle o aprovechar la oportunidad para salir, eran bastantes pensamientos que no me dejaban algo claro, estaba completamente indeciso. Quería salir de la habitación e ir con mis amigos, pero obviamente no podía, debía esperar o algo así, estaba tan cerca pero tan lejos a la vez.

Seguía acariciando a Toby hasta que una sorpresa llegó. La puerta se abrió y entró alguien que nunca pensé que volvería a ver... Alexander. Él al verme, abrió los ojos y dijo:

—¡¿Por qué estas desamarrado?!

Me levanté en seguida y le di un fuerte puño en el rostro, lo agarré del brazo y lo jalé con fuerza introduciéndolo por completo en la habitación, cerré la puerta y después, le di una fuerte patada en el rostro nuevamente, fue tan fuerte que hasta a mí me dolió.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora