CAPITULO 122: FINAL

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El científico:

Después de contarle a William todo lo que íbamos a hacer, se puso nervioso y preguntó con mucha desconfianza:

—¿De verdad nos vas a ayudar?

Yo lo miré directo a los ojos y le respondí:

—Si... ¿No escuchaste lo que te acabo de contar?

—Es que desde la primera vez que nosotros nos encontramos hemos tenido muchos roces, además nos has querido hacer daño, incluyendo a mi perro.

—Mira, cuando estemos en ese laboratorio sanos y salvos tendrán tiempo para preguntar lo que quieran, por ahora los necesito concentrados, porque todo esto se va a descontrolar.

—Bien, no pensé decir esto, pero entonces no me queda de otra más que confiar —Respondió.

Me quedé en silencio y después me puse a pensar en la forma para decirle a los demás y obvio, para movernos sin que los amigos sospecharan que todo esto ya estaba pactado, debía ser con sigilo, pero a la vez, ya casi al final, debía hacerme notar para que todo no pareciera tan fácil.

Al día siguiente:

Marta:

Me fui al lugar donde había quedado para encontrarme con el científico, allí estaba esperándolo hasta que pude verlo a lo lejos.

—Vienes tarde —Le dije.

—Lo sé, con todo el estrés para lo que va a pasar hoy no pude dormir.

—Bien, no importa, ¿Entonces qué es lo que vamos a hacer?

—Estaba pensando en algo bastante sigiloso, nadie debe hacer nada brusco. Vamos a robar una camioneta y un par de armas con municiones. No podremos llevar mucho porque empezarían a sospechar, y pues sería una carga creo que innecesaria.

Tenía sentido, pero no me terminaba de cuadrar lo de la camioneta:

—¿Cómo piensas robar una camioneta si esa es una de las zonas más vigiladas?

—Pues... Creo que nos tocaría matar a los vigías que estén por ahí, de eso se podrían encargar tú y tus amigos, yo me encargaré de planear la ruta de escape y que William y sus amigos busquen las armas, pero eso sí, tienen que ser muy sigilosos o esto se va al carajo.

—Bien, lo pensaré mejor con los demás, esta noche nos tenemos que largar de acá. Creo que sería ideal atraer una horda, para mantenerlos ocupados mientras nosotros nos alejamos.

—Es buena la idea, pero nosotros también estaríamos en riesgo. Veremos qué podemos hacer, por ahora, tienen una tarde para planear todo lo que piensan hacer.

—Una última cosa, ¿Podrías reunir a los muchachos?

—¿Para qué? —Preguntó el científico.

—Para que se puedan ver y que estén juntos, además, los vamos a necesitar todos juntos, para que la salida sea más rápida.

—Bien, creo que en eso tienes razón... Llevaré a William al atardecer, últimamente muchos están entrando a mi cuarto sin avisar y no me quiero ganar un problema, aquí todos están locos.

—Cuando lo vayas a llevar me avisas primero, quiero darles la sorpresa —Respondí.

—Creo que eso les servirá para animarse.

—Al atardecer dices que vas a reunir a William con los demás, eso quiere decir que una hora después que todos estén en un solo lugar, debemos tener una reunión, para prepararnos y decir las ideas que tengamos que decir... Por cierto, no te olvides de Toby, hay que llevarlo con nosotros.

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