CAPITULO 79: BIG VII

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Big al ver que el hombre estaba bien sujeto, comenzó a introducir la cuchara en la cuenca del hombre que gritaba del dolor y aterrorizado. Movía la cuchara de arriba abajo para que fuera entrando y así sacarle el ojo. El hombre se movía con brusquedad, pero después Big le advirtió en forma de burla:

—Si te mueves es peor.

El hombre sentía como la cuchara entraba en su cuenca y tocaba su ojo de forma violenta y desagradable, la sangre bajaba por sus mejillas y sus gritos eran ensordecedores. Las personas que estaban allí presentes observaban con nauseas, otros con interés y los que sostenían al hombre, estaban pálidos.

Big, al ver que la cuchara ya estaba bien introducida, gritó con voz firme y de mando:

— ¡Sosténgalo más fuerte!, empezaré a sacarle el ojo.

— ¡NOO! ¡POR FAVOR! —Gritaba el hombre pidiendo piedad.

El tipo que iba a quedar tuerto sentía como la cuchara tocaba su cráneo, la parte trasera y lateral del ojo y por supuesto, el inmenso dolor. Big de repente comenzó a hacer palancas para que el ojo fuera saliendo, todo el alrededor del ojo estaba hinchado, rojo y en algunas partes estaba de color violeta. Big cada vez más aplicaba más fuerza y después dijo:

—Necesito que sostengan el párpado hacia arriba para que pueda salir más fácil.

Uno de ellos hizo lo pedido y Big continuó con su brutalidad. Pasado un rato, el ojo ya estaba casi fuera de su cuenca, se veía de una forma perturbadora y muy repugnante. El hombre sólo gritaba de dolor, sentía que su visión estaba dispareja, una parte borrosa y sentía a la vez mucho desespero.

Después, el ojo ya estaba por completo fuera de su lugar, colgaba en el rostro del hombre el cual estaba desesperado por el nervio óptico.

— ¡MI OJO MALDITO DESGRACIADO!

—Uy, te estás poniendo agresivo. ¿Acaso quieres que te vaya peor?

De repente, uno de los hombres de la multitud lanzó una pregunta:

— ¿Y ahora qué?

—Comienza lo mejor —Respondió Big con una sonrisa macabra.

Sacó las tijeras de su bolsillo y las observó detenidamente, después empezó a reír y dijo:

—Creo que esto no me hará falta.

Lo siguiente que hizo fue dejar caer las tijeras y observó al tipo que había sufrido tal atrocidad. Estaba pálido y cansado de gritar. Parecía que se fuera a desmayar.

Después, Big tomó el ojo con los dedos índice y pulgar, lo observaba detenidamente al igual que el nervio óptico. Se mostraba muy interesado e impresionado, jugaba con él empujándolo de un lado a otro, el hombre parecía no sentir nada a simple vista, pero sentía mucho dolor. Estaba débil y parecía estar casi inconsciente.

— ¡Tráiganme un cuchillo pequeño! —Gritó Big planeando algo.

Después de un rato, trajeron el cuchillo que Big había pedido, se agachó y del suelo tomó una roca. Comenzó a pasarlo por el filo del cuchillo cerca del oído de su víctima y después le dijo:

— ¿Escuchas esto? Planeo hacer otra cosa.

—Por favor... Ya me hiciste sufrir demasiado —Contestó débil el hombre.

—Tú sabes que tu castigo no ha terminado, le agregaré otra cosa y es lo que te va a doler mucho más.

Big tomó el ojo y después con el cuchillo fue cortándolo lentamente, el hombre comenzó a gritar desesperado y a moverse, después que Big hiciera una cortada en el ojo, comenzó a introducir la punta del cuchillo para que la herida fuera siendo mucho más profunda, se le dificultaba un poco, pero iba cortando y entrando lentamente.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora