CAPITULO 65: ¡CORRE!

5.8K 454 136
                                    

Minutos antes de que Carl hiciera uso de su habilidad:

Mariana:

Estaba nerviosa y con el sólo hecho de pensar que nuestros amigos estaban en serio peligro me daba un sentimiento de angustia muy grande. Escuchábamos los gritos que los zombies hacían, Rachel se puso a llorar por la preocupación que tenía hacia Julian, Toby trataba de esconderse detrás del sofá en donde estaba William, yo por otra parte tomé a Will de la mano, él hizo lo mismo y me abrazó.

—Prepárate —Le dije a William —Nuestros amigos ya vienen.

Él se sentó lentamente y preguntó:

— ¿Crees que vuelvan con vida?

—Eso espero, pensemos positivamente, hemos sobrevivido a situaciones como ésta así que espero que no sea la excepción.

William me abrazó y yo a él, después Toby subió al sofá y se trataba de esconder entre los brazos de William, era tierno ver eso. Me dirigí hacia Rachel para tranquilizarla, estaba muy nerviosa y no paraba de llorar.

—Tranquila, ellos volverán.

La abracé y le Acaricié un poco la cabeza, a través de la ventana podía ver a los zombies correr hacia una dirección, se les notaba muy agresivos y se iban alejando de la casa.

Cada vez se intensificaban más los gritos, me daba escalofríos escuchar a esa multitud de muertos, sin duda era lo más atemorizante para mí, después del Forc.

Rachel se sentó en el suelo, cerca de la ventana y allí trató de calmarse, jugaba con su pelo para poder distraerse pero por lo que veía no funcionaba. Caminé de nuevo hacia William, le comencé a acariciar la cabeza ya que eso le gustaba y lo tranquilizaba. Toby movía la cola y trataba de aullar, estaba nervioso al igual que todos.

De repente, en la puerta se escucharon golpes, muy seguidos y descoordinados. Todos volteamos nuestras cabezas con mucho miedo, la puerta seguía sonando y una voz de detrás de la puerta dijo:

—Ayúdenme, rápido antes que vuelvan esas cosas.

Rachel asintió con la cabeza así que me dirigí rápidamente a la puerta y la abrí, rápidamente entró un hombre, casi calvo y tenía un lunar en la mejilla derecha, parecía de unos cuarenta años aproximadamente. El hombre cerró la puerta de un fuerte empujón y cayó al suelo para respirar y calmarse por la presión que tenía encima.

Rachel corrió hacia la cocina, tomó un cuchillo y después regresó:

— ¿Quién eres?

—Oye tranquila, vi que salieron personas de aquí y supuse que se van a ir de éste lugar. Yo no me quiero quedar, quiero ir con ustedes.

Rachel me observó a los ojos, como si quisiera que yo dijese algo. Yo por otro lado no sabía que responder, parecía ser una buena persona, pero ya no confiaba en nadie más aparte de mis amigos, no era que fuera mala, pero me daba cierta incomodidad llevar a alguien no conocido con nosotros, y más con éste que había aparecido de golpe.

— ¿Hace cuánto éstas en el poblado? —Pregunté.

—Desde antes que ustedes llegaran.

—Qué extraño, el tiempo en el que hemos estado aquí no te hemos visto —Contesté.

—Yo si lo he visto, pero lo más extraño es que lo vi después que terminó la guerra —Agregó Rachel con cierto tono de desconfianza.

— ¿Tratan de decir que yo hago parte de los que nos atacaron? —Preguntó muy nervioso el que acababa de entrar.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora