CAPITULO 28: HISTORIA II

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*Antes de empezar el capitulo quiero decirles de nuevo que falta poco para el especial de 10K, dejen sus preguntas en los comentarios o en mensaje privado y serán respondidas. Y lectores fantasma... También pueden participar xD, repórtense :v. Los quiero, espero sus preguntas. Ahora si, les dejo el capitulo.*

Manuel al ver a la pequeña niña pálida y un poco desorientada, se dirigió hacia ella rápidamente y le pregunto con mucha preocupación:

—¿Cómo te sientes?

—Mareada, ¿Dónde está mi mami? Ella sabe qué hacer.

—Tu mamá ya viene —Le respondió para tranquilizarla —Descansa otro rato si quieres, te sentirás bien.

Dicho esto se levantó, empezó a recordar lo que Sebástian había dicho y sintió que tenía un poco de sentido. Se acercó otra vez hacia Sarita y decidió ver los rasguños que ella tenía en su espalda. Manuel inventó una mentira para que ella no se sintiera incómoda y vio que las heridas tenían un aspecto doloroso. La piel se tornaba amarillezca con manchas rojas, el contorno de los rasguños era de color negro, dentro de las heridas parecía ser carne podrida y soltaba un olor hediondo. Volvió a subir el cierre del vestido y le sonrió a la pequeña. No podía creerlo, algo que parecía ser mentira estaba pasando de verdad, tarde o temprano se iba a convertir en una de esas cosas salvajes, pero no quería pensar más en eso ya que ella solo era una niña, no era capaz de hacerle algo.

Poco después Manuel y sus hijos gemelos subieron al segundo piso a hablar sobre lo que le pasaba a la niña.

—Sebástian, empiezo a creer que lo que dices es verdad.

—¿Por qué lo dices? —Preguntó Carl con cara confusa.

—Acabo de ver los rasguños que ella tiene en la espalda y tienen un aspecto mucho peor.

—¿Estás tratando de decir que se está transformado? —Preguntó nuevamente Carl.

—Puede ser, hay que estar alerta.

—¿Y por qué mejor no la matamos y dejamos de preocuparnos? —Sugirió Sebástian.

—¡Es solo una niña! Maldición, cómo se te ocurre decir eso.

—Apoyo a Sebástian, es muy peligroso que tengamos a alguien en ese estado en la casa.

Manuel inclinó su rostro y suspiró.

—¡No le vamos a hacer nada!

Carl y Sebástian intercambiaron miradas, su padre estaba decidido a proteger a alguien que ya estaba perdido. No tenían más remedio que aceptar la orden de su padre.

Tiempo después:

Era de noche, de hecho era muy tarde y todos estaban dormidos. Carl, Sebástian y Manuel en un cuarto y la niña en el mismo sofá, desde que llegó no ha parado de dormir y de alguna manera le pareció mucho más cómodo ese sitio.

Eran las 3:40 de la mañana, Manuel se despertó abriendo sus ojos lentamente debido a un leve ruido que escuchaba en la cocina.

Se levantó de su cama y sin hacer mucho ruido abrió un cajón que se encontraba al lado de la cama, sacó una linterna y respiró profundo. Antes de salir se detuvo en frente de la puerta para escuchar con más claridad y lo único que pudo escuchar fueron unos platos siendo movidos. Abrió la puerta lentamente para evitar que la puerta chirriara y empezó a avanzar en medio de la oscuridad. Al bajar al primer piso encendió la linterna, apuntó hacia el sofá y Sara no estaba. Los platos volvieron a sonar y Manuel volteó su cabeza a toda velocidad. Sentía mucho miedo y temía lo peor. Al estar cerca de la cocina suspiró y entró preparado para lo que pudiese pasar. Allí vio a Sara, sirviéndose un poco de arroz y al ver la luz entrar a la cocina ello volteó a mirarlo.

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