(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 8.
(Adrián)
Mis padres habían venido a la mansión para visitarme por mi cumpleaños número treinta y dos. A pesar de que ambos sabían perfectamente que no me gustaba celebrarlo, ni que armaran tanto alboroto por el tema, siempre han tenido la costumbre de estar junto a mí un día como hoy, sin importar las circunstancias.
Estábamos cenado en el gran comedor de la casa, en la primera planta. Ya había anochecido, y eran más de las 7:30 de la noche. A pesar de lo tedioso que siempre me resultaba el día de mi cumpleaños, no pude evitar mantener mis costumbres, siendo educado con mis padres adoptivos y con los empleados que trabajaban para mí y en la mansión.
Margarita y su hija Rosita nos acompañaban en la cena, al igual que mi chófer Frankie, quién estaba sentando junto a su esposa y su padre, el mayordomo de mi propiedad. Todos ellos en el otro extremo de la larga y lujosa mesa, mientras que mis padres estaban sentados junto a mí.
Prefería una cena tranquila que un pastel de cumpleaños con velas y demás tonterías. No estaba para eso. Sin embargo, no solamente sabía que no era merecedor de celebrar mis años de vida, sino que los recuerdos de cada cumpleaños en abandono me revuelven el estómago.
"Esas pendejases no son para mí. Listo."
A pesar de mis pensamientos y de la situación en la que me encontraba en la mesa del gran comedor, no podía dejar de pensar en Alysha. Mientras todos cenaban tranquilamente y hablaban por lo bajo con educación, yo tenía en mi mente en momentos como éste, los jodidos gemidos de mi jovencita diciéndome: "Andy," mientras recordaba como se siente hacerla mía.
Recuerdo sus ojos en cada momento, su mirada tan dulce y encantadora deleitándose de lo que cree hermoso de mí, obviando el monstruo que soy. Mi mente trabaja a mil por hora, pensando en todo lo que me había dicho en el ascensor...
Aún yo no podía creer que aquella estúpida carta existiera.
O peor aún...
No podía creer que me susurró ciertos fragmentos, remarcando mis pasados sentimientos que aún existen. Se había aprendido de memoria cada palabra, pero eso sólo logró que mi pecho ardiera. Saber que tuve que esperar tanto tiempo para tener una respuesta me carcomía.
¿Y lo que es aún más peor?
Qué me respondió de manera sugerente, jodiendo mi interior y revolcando mi oscuro ángel como le dio la gana.
Me estoy muriendo por dentro de forma muy jodida por besarla y saborearla. Sin embargo, Alysha tenía razón. Yo estaba intentando contenerme. De alguna manera, y con la poca voluntad que tenía sobre ella, intentaba mantenerme a raya para no incomodarla.
Sin embargo, Alysha volvió a sorprenderme, haciéndome comprobar con sus propias acciones que me seguía deseando y queriendo, a pesar de que logré decirle una de las verdades más dolorosas para mí.
