Capítulo 58.

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Capítulo 58

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Capítulo 58.

Mi cercanía lo mantuvo calmado. A pesar de que habíamos comido bastante, el apetito se había desvanecido. Cuando decidimos que era el momento de irnos, Adrián dejó un par de dólares sobre la mesa, sin mirar la cuenta tan siquiera.

Se levantó, extendiéndome su mano. Continuamos hablando mientras caminamos hacia el exterior. Se despidió de algunos conocidos con un leve gesto de cabeza, sin perder la elegancia que lo distingue.

—¿Cómo fue tu vida una vez que te graduaste del «Hospital General de Puerto Rico»? ¿Te agradó estudiar en Harvard? Quiero decir, ¿no te costó adaptarte? Ya sabes, la vida en un lugar como Boston es tan diferente a como es aquí.

—La realidad es que me fui del país con el propósito de terminar mis estudios para convertirme en cirujano. Obtuve una beca completa para realizar mi especialidad en Harvard, así que decidí aprovechar la oportunidad —rodea mi cintura con su brazo y me guía hacia el exterior—. Aunque debo admitir que también decidí largarme para intentar olvidarme de cierta personita —me mira de reojo.

—No me eches toda la culpa —me sonrojo y camino con más lentitud—. Eres uno de los mejores médicos cirujanos de Puerto Rico y Estados Unidos. Eso debe ser un buen incentivo.

—Se supone, pero me enamoré primero —espeta.

Me detengo en seco y me giro para enfrentarlo.

—Basta, dame un beso —le pido con ansias.

Me mira con arrogancia y sus ojos verdes se aclaran al reflejar cierta diversión.

—No.

—¿En serio lo tomarás a pecho? —me cruzo de brazos al sentirme un poco frustrada. Llevaba deseándolo todo el jodido día—. Solo estaba manteniéndome centrada, porque sé lo persuasivo que eres y yo necesitaba sacarte información. Pero si quieres vengarte, tú te lo pierdes...

Suelta varias carcajadas y niega con la cabeza, manteniendo su sonrisa tan tierna a la vez que sensual. Mi vientre estaba furioso, pero mi subconsciente y yo sabíamos las razones.

—A veces eres muy habladora, pero es que me encanta joderte, Aly. No lo puedo evitar.

—Ugh, te odio —mis mejillas se calientan.

—Espero que me digas eso en un rato... —se gira y me da la espalda, siguiendo su camino hacia la camioneta, donde Frankie nos esperaba en el exterior mientras hablaba por teléfono.

—Oye... —sujeto su mano y hago que se gire sobre sus pies, mientras que Frankie observa el espectáculo con diversión. Cruzo mis brazos sobre mis pechos—. ¿De verdad me vas a ignorar? No puedes tomar todo en serio, Andy. A veces en la vida se necesita tener un poco de diversión y... —me quedo en silencio al ver que cruza sus brazos.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora