Capítulo 9.

31.3K 2.8K 596
                                    

Capítulo 9

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 9.

(Adrián).

Tuve que disimular ciertos suspiros llenos de exasperación al escuchar los silbidos de algunas jóvenes que seguían percatándose de mi presencia cada vez que me acercaba mucho más a la casa de los padres de Jesse.

Habían tantos universitarios, que ni siquiera podía distinguir de dónde provenían los piropos y los silbidos que se mezclaban con el alto volumen de la música y el murmullo de la gente.

— ¡Oye, papacito! ¿¡Te le escapaste al Diosito del cielo!? — Murmuró una chica junto a otra que reía. Se cubrieron la boca, sujetando unos vasos llenos de alguna bebida alcohólica.

Sin embargo, continúo mi camino, frunciendo el ceño al darme cuenta que Jesse se encontraba asomado junto a la columna del balcón, mirando en todas las direcciones posibles de la calle llena de personas. Sabía a quién intentaba buscar con la mirada, porque yo hacía lo mismo desde que volví a poner los pies en el barrio dónde vi a mi niña por primera vez.

— Pero que dios griego... — Volví a incomodarme un poco cuándo escuché como una chica le comentaba a la otra, ambas repasándome sin pudor. — ¿Sabes, bombón? — Una de ellas se apresuró a coquetearme al enarcar las cejas. — Si tú fueras el rey del infierno, no me importaría quemarme entre tus sábanas. — Comenzó a enrollarse un mechón de pelo.

Me acerqué un poco a ellas, disimulando mi preocupación.

— ¿Han visto al dueño de la fiesta? ¿A Jimmy Doménech? — Les pregunté, obviando sus indiscreciones de púberas hormonales.

— Sí, hace un rato, pero debe estar muy ocupado intentando recibir a todos.

— Entiendo. — Intentaba averigüar cómo estaba el ambiente, pero, al parecer, de momento, todo estaba bajo control.

Jesse no se había atrevido a presentarse, y eso me ayudaba a tener tiempo suficiente para mantenerme al margen, aunque tenga que ignorar a mi Aly.

— ¿Y por qué tengo la dicha de ver cómo esos bonitos labios se mueven? ¿Quién eres, que procuras por él? — Volvió a preguntar la chica con mucha sugerencia.

— El novio de su hermana. — Intenté quitármelas de encima. — Jimmy es mi cuñado. Estoy buscándolo. — Les explico con toda la intención, un poco desorientado por el cargado ambiente. — Si lo ven, ¿podrían decirle que acabo de llegar?

— Sí, sí... — Ambas se apresuran a afirmar con cierta desilusión por mi falsa información.

— ¿Pero sabes? No soy celosa... — Volvió a contraatacar una de ellas, situación que me hizo enarcar las cejas por lo aventados que pueden ser los jóvenes de ahora.

— Gracias, pero me siento muy atraído por la mujer más inteligente y brillante de éste lugar. — Sonreí tranquilamente. — Si no fuera así, no estaría aquí... Preguntándole a dos jóvenes que prefieren cuadrar una acostada, que estar más interesadas en las calificaciones de la universidad. — Suspiré con lentitud al intentar apacigüar mi desesperación.

— Con alguien como tú... — Ambas me dan otro descarado repaso de abajo hacia arriba. — Hasta podría ser la mejor de las estudiantes si me lo pides...

— Qué remedio... — Puse los ojos en blanco al presionar mis labios y seguir mi camino.

— ¿¡Ése es la jodida perfección andando!? — Gritó alguna alocada chica entre la gente mientras me tensé un poco, ignorando más comentarios al intentar localizar con la mirada a Alysha, Jimmy, o algún integrante de su familia.

Sin embargo, gracias a esa indiscreción de púbera, Jesse fijó su mirada en mi persona desde la segunda planta de la casa de sus padres, achicando los ojos con extrañeza, fastidio, y enojo. Apoyó sus brazos sobre los barandales del balcón, siguiendo cada paso de mí, viendo como iba hacia él.

Cuándo subí las escaleras con soltura, presionó los labios. Evidentemente, no estaba feliz de verme aquí.

— ¿¡Qué carajo haces aquí, maldita sea!? — Fue lo primero que soltó entre dientes una vez que me acerqué lo suficiente al sonreír con naturalidad.

— Te dije que vendría a verlos hoy...

— ¡Y yo te dije a ti que hoy no podrías, que estaría ocupado en mis asuntos!

— Y qué asuntos...

— ¿Te parece poco? — Bufó con enojo. — ¿Te parece poco que recuperar a Nere no sea un asunto de suma importancia?

— ¿Me das una cerveza? — Solicité, intentando no romperle la mandíbula en momentos como estos.

Se giró con molestia y se dirigió hacia el interior de la casa para buscarla. Me acerqué a los barandales del balcón, mirando la calle abarrotada de gente, intentando localizar con la mirada a Alysha, Jimmy, o cualquier integrante de su familia que se me haga conocido.

Pero nada.

No lograba localizar a ninguno de los anteriores.

Presioné mis labios por ese asunto.

"Necesito vigilarla. Necesito verla..."

Jesse vuelve con dos cervezas abiertas, entregándome una.

— Deberías olvidarla de una vez. — Tomo de mi cerveza al elevar la botella y enarcar las cejas, volviendo a fijarme en la calle abarrotada.

— ¿Y quién eres tú para decirme lo que debo hacer o no con ella, Andy? ¿¡Me lo dices tú!? ¿¡Él que vive enamorado de ella como un perro, aún sabiendo que siempre me ha preferido a mí!? — Masculla, impotente por tener que lidiar con mi presencia el día de hoy. — Tal vez sea otro el que debería olvidarla de una puta vez...

— Ahora no parece preferirte. — Sonrío para mí mismo al darle otro sorbo a mi cerveza, esquivando su mirada, aún cuándo se encuentra fuera de quicio.

— Sólo porque sigue enojada por mi indiscreción con Amanda. — Intenta creérselo. — Pero ya se le pasará. Necesito a esa mujer en mi vida. Necesito tenerla como sea. Eso nadie me lo va a impedir... — Le da un leve puñetazo a la baranda dónde ambos manteníamos nuestros brazos apoyados.

Pongo los ojos en blanco y no puedo evitar sentir celos...

— No creo que a ella se le pase así como si nada que la hayas engañado con la que creyó su mejor amiga. Además, tampoco existirá la posibilidad de que se le pase si la pruebo yo.

— Cállate, Andy. — Gruñe al advertírmelo, dándole un sorbo a su cerveza. — No empieces a joderme más de lo que estoy con tus comentarios...

De repente, unas manos se pasean sobre mis hombros, acariciándome con descaro. Al girar mi rostro un poco para observar por encima de mi hombro, me doy cuenta que Amanda también acompañaba a Jesse.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora