(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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CAPÍTULO 33
—Entonces, ¿ya te has decidido? —recobro la postura al bostezar—. ¿Me mostrarás quién eres en ese aspecto?
Asiente al intentar mantenerse en silencio, presionando los labios y pareciendo comedido.
—Andy, relájate, ¿sí? —acaricio su mejilla derecha—. Además, recuerda que quien comenzó con todo esto has sido tú cuando decidiste mostrarme los documentos redactados por tu psicólogo.
—Lo sé, pero en ese momento todavía estaba muy cegado y concentrado en esos términos. Es decir, las parafilias, los TOC's, y las fobias que experimento siempre están aquí en mi cabeza —señala levemente su sien—. Pero sinceramente quiero que nos vaya bien en esto —me abraza con necesidad—. Y no quiero incomodarte con esos términos y los actos que estos me llevarían a hacerte.
—La primera vez que me quedé contigo en tu apartamento comenzábamos ese proceso, y no me estaba sintiendo incómoda.
—Sí, lo sé... Te iba a llevar a mi terreno. De verdad que ansiaba atraerte hacia mis deseos. Quería hacerte disfrutar como nadie jamás podrá hacerlo. Y cuando mejor nos iba en ese aspecto, Amanda se presentó y ya sabes el resto.
Y era cierto. Recuerdo que él mismo me bañó, escogió mi vestuario sin ropa interior, entre otros detalles que comenzaban a agradarme. Tal vez, en aquel momento no estábamos tan conscientes como ahora gracias a los sentimientos.
—La situación ha cambiado un poco, Aly —prosigue—. Sigo deseando todo lo que había planeado, pero también necesito esto que solo tú puedes darme. Y como siento una mezcla de ambas, la propuesta nos ayudará. Estoy casi seguro por no decir "seguro", porque contigo nunca se sabe —me besa la coronilla y me acapara contra su torso.
»Siento que nos irá muy bien, Alysha. Tus acciones y las mías lo demuestran en todo momento y en todos los ámbitos. Ahora mismo, por ejemplo, te sientes protegida a la vez que frágil y vulnerable entre mis brazos. Sin embargo, yo me siento más que lleno y completo cuando me dejas cuidarte y protegerte. Entonces, mi propuesta va dirigida hacia esos términos. Pero el jueves te explico los detalles con más calma y te oriento sobre lo que quiero de ti.
—¿Por qué ese día en específico? —le pregunté.
—Los jueves son los únicos días libres que tengo entre semana. Los utilizaba para dedicarme a mis relaciones sexuales —carraspea—. Lo que me gustaba llevar a cabo, quiero decir.
—¿Qué hay de los fines de semana? ¿No estaban en tus planes cuándo estabas con las mujeres anteriores?
Se tensó un poco y se removió sobre la cama. Al soltar el aire que contenía, decidió proseguir...
—Sí querían pasar el fin de semana conmigo tenían que ganárselo —confiesa con incomodidad.
—¿"Ganárselo"? —lo miro con insistencia, sorprendida—. ¿Cómo que "ganárselo"? ¿Por qué?
