Capítulo 18.

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Electric - Alina Baraz feat. Khalid ♪

CAPÍTULO 18

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CAPÍTULO 18

«¿Qué se supone que haga? ¿Qué acepte y me vaya con él?»

En el fondo, sabía que era peligroso, por el evidente deseo a flor de piel que ambos sentíamos. En su rostro se veía la sinceridad y el interés de que habláramos, pero a solas siempre era distinto.

—¿Hay algún problema? —su pronunciado ceño denota curiosidad al cargarme la mirada.

Le doy un gran sorbo a mi bebida sin dejar de mirarlo. Luego, suelto un suspiro con frescura.

—Sí, hay un problema —espeto.

Con cierta seriedad, Adrián mantiene toda su atención en mis próximas palabras.

—Es que... No es buena idea el hecho de tener que quedarme a solas contigo y esos ojos —niego al sonreír con cierta timidez, siendo consciente de mi vulnerabilidad hacia él.

—¿Y qué se supone que yo deba hacer? —pregunta con una tímida sonrisa, mientras percibo como sus mejillas se tiñen por el leve rubor—. ¿Cerrar los ojos mientras te digo que te necesito? ¿Qué te deseo como nunca? ¿Qué cuando me siento muy enojado, más son las ansias de poseerte? —enumera con la voz ronca.

—Entonces, ¿estás enojado? —achico mis ojos levemente.

Adrián solo se limita a asentir. Sin embargo, yo no puedo evitar observar con el rabillo del ojo detrás de él, como si esa pequeña acción pudiera darme una respuesta.

—¿Sucedió algo por lo que deba preocuparme? —le pregunté con más seriedad, tragando saliva al ver como sus ojos eran insistentes sobre los míos.

—Sí —acepta al alzar la mirada, confundiéndome adrede—. Es una de las razones por la cual debemos hablar a solas. ¿Qué dices?

—Está... bien —decido adelantarme unos pasos para dirigirme hacia el interior de mi hogar.

Siento como me sigue, pero no soy capaz de voltearme para mirarlo hasta que entramos a la casa.

Al girarme con los brazos cruzados, busco respuesta en sus gestos llenos de tensión, mientras su entrecejo se pronunciaba mucho más al mirarme directamente.

—Dime que no discutiste con Jesse —asumí con cierta preocupación—. Dime que no cometiste una locura —parpadeo repetidas veces.

Él no lo niega, pero tampoco lo acepta abiertamente. Eso, causa que piense de inmediato que ambos hayan tenido algún inconveniente o roce.

—Andy, por Dios... —pongo los ojos en blanco al dejar mi bebida junto a la suya sobre la mesa del comedor—. No sé lo que es capaz de hacer Jesse, pero te aseguro que lo menos que deseo es que te haga daño. Y tú no estás teniendo consideración con mi poca paz mental. ¿No entiendes que me preocupo verdaderamente por ti? —me quedo en silencio por unos instantes al percibir como se acerca más a mí.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora