(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo 23.
A pesar de que me siento achispada y más habladora de lo que realmente soy, no podía creer lo que estaba sucediendo...
Adrián y yo continuábamos besándonos frente a las masas como dos enamorados.
—Te dejé ir dos veces en mi vida... Cuando me marché a realizar mi residencia en Harvard, y cuando no supe lidiar con mis mierdas en el hospital. Pero esta vez no será así, Alysha Nerea —me dice entre besos, olvidándose de que teníamos las miradas asesinas de Jesse y Amanda sobre nosotros.
—Andy... —suspiré sobre su boca, mientras sus manos se posaron en mi cintura, moviéndonos aleatoriamente al ritmo de "As You Are" de "The Weeknd".
Vuelvo a mirar hacia la casa de los padres Jesse. Sin embargo, Adrián sujeta mi quijada con cuidado y gira mi rostro con delicadeza, haciendo que lo mirara fijamente.
—Si ya me llevaste hasta aquí, es mejor no mirar hacia atrás, pequeña —sus ojos verdes destellan sinceridad—. Es conmigo con quien verdaderamente debes enfrentar muchas cosas.
Sonrío sobre su boca al sujetar su cuello con más ímpetu.
—Tal vez tengas razón.
—Entonces, ¿volverás conmigo? ¿Eso es un "sí"?
Elevo aún más mi cabeza y reflexiono mi respuesta.
—No he dicho nada en concreto. Dije que "tal vez tengas razón". Eres muy listo.
Bufa al soltar una suave carcajada.
—Tú eres demasiado inteligente —asiente con gracia—. Y también sabes cómo actuar y jugar en situaciones para ser manipuladora.
—Lo aprendí del mejor.
Se queda en silencio y baja un poco la cabeza, ruborizado.
—¿En serio? —adhiero mi nariz contra la suya, aprovechando que percibía sus mejillas teñidas—. ¿Alguien como tú ruborizado?
—Solo estoy pensando en cómo serán las cosas de ahora en adelante.
—¿Y cómo serán según tú? —sonrío sobre sus labios.
Me devuelve la sonrisa.
—Interesantes.
—¿"Interesantes"? —bufo sobre su apetecible boca, mientras maneja mi cuerpo discretamente al ritmo de la música—. ¿A qué te refieres? —esta vez, lo miré a sus claros ojos.
En ellos se expresaban un misterio profundo...
—Lo hablaremos más adelante. Ya te dije —enarca las cejas—, no pienso ocultarte nada, pero debes darme tiempo en lo que me acostumbro a esto.
