Capítulo 105: Final.
Adrián y su chófer, quien se había mantenido en la sala de estar esperando por su jefe, me siguieron e intentaron llamar mi atención cuando me dirigí hacia el exterior, pero en ese preciso momento no les hice caso y fui a lo que me dispuse. Ya no podía seguir aguantando ni un minuto más las mierdas de Amanda, y mucho menos cuando yo nunca le había hecho nada. Al contrario, razones suficientes tenía para enojarme con ella y aun así opté por dejarla en su mundo. Sin embargo, ella ya se había pasado de la raya.
Con la respiración entrecortada, me detuve justo en la entrada de mi hogar para observar el desagradable espectáculo. Irónicamente, Amanda sujetaba un bate de béisbol y la escena se me hizo muy familiar al recordar cómo mi hermano estuvo en una situación parecida.
—¡Tú! —me señaló con el bate de béisbol cuando se dio cuenta de mi presencia. Respiraba lo suficientemente agitada y me miraba con odio—. ¡Tanto estuviste hasta que te quedaste con todo! —totalmente descontrolada, golpeó mi vehículo en diferentes direcciones, lo que aumentó mi enfado.
Adrián se quedó justo detrás de mí mientras presionaba los labios. Frankie, sin embargo, realizaba una llamada telefónica con mucha urgencia, como si supiera lo que tenía que hacer ante la vergonzosa situación que Amanda me estaba haciendo pasar. La abuela Anita se ocultaba detrás del chófer de mi novio, con la palma de su mano sobre su pecho.
—¡Tienen que llamar a la policía! ¡Pero es ya! —remarcó la abuela con demasiado nerviosismo en su voz.
—Es lo que estamos haciendo, Nerea... —le respondió Adrián entre dientes y en un tono muy bajo. Estaba suponiendo con seguridad que él no quería que la situación continuara saliéndose de control y que las cosas empeoraran.
—¡Señorita, si no se detiene en este preciso momento tendré que arrestarla! —Frankie le avisó—. ¡No me obligue a sacar mi arma!
—¡Me importa un carajo lo que ustedes hagan o piensen que pueden hacer! ¿¡Saben por qué!? ¡Porque a esa estúpida nunca le importó nada de mí! —volvió a señalarme con el bate de béisbol—. ¡Siempre ha pensado en ella misma como prioridad! ¡Y estoy cansada de ser la segunda en todo!
—¡Deja de decir todas esas estupideces! ¡Y por una puñetera vez, deja de golpear mi carro, Amanda! —le grité con sumo desprecio—. ¡No me hagas resolver las cosas usando la violencia!
—¿¡Qué!? —Adrián me abrió los ojos como platos—. ¿¡Estás loca!?
—¡Tú lo estás y yo no te lo recrimino! —le respondí con enojo y él se quedó en silencio, como un niño totalmente regañado.
—Doc, con todo respeto... —Frankie cubrió el auricular del teléfono por unos segundos—. ¿Por qué su novia no fue policía o algo así? Con ese carácter...
—¿¡Podrían tomar la situación en serio, por el amor de Dios!? —Adrián se exasperó.
Frankie respondió la llamada como si ya hubiese vivido demasiadas situaciones parecidas. Efectivamente, el exagente del FBI estaba hablando con el personal de la policía y notificaba lo que sucedía en el momento frente a mi hogar. Mientras él le daba las indicaciones necesarias, Amanda no dejaba de parlotear estupideces que no venían ni al caso.
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓
Romance(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...