Capítulo 100.
La abuela Anita se mostró un poco nerviosa. Luego presionó los párpados, como si hubiese querido medir sus palabras.
—¿Abu, qué es lo que sabes y no me quieres decir? —insistí con una sonrisa sincera y tierna. Y es que nada podía ser tan malo como para asimilar una situación del complejo Adrián Wayne Milán.
—No es que no quiera decirte nada más respecto al pequeño Adrián, hija mía —me miró apenada, como si la tristeza se estuviese apoderando de ella—. Entonces, él no te lo ha dicho todo... —asumió y bajó la mirada, esquivando mis ojos.
—¿Decirme qué? —le sonreí nerviosa y sentí que el labio inferior me temblaba en el acto ante la neutralidad fallida de mi abuela.
Ella estaba a punto de mediar palabras para continuar informándome de lo que ocurría con Adrián. Era extraño el presentimiento que yo tenía y que crecía más a fondo, llenándome de total curiosidad, pero era consciente de que la abuela Anita sabía muchas cosas de él que aún yo desconocía. Sin embargo, para mí resultaba increíble cómo muchas respuestas siempre las había tenido cerca, justo en mis narices.
De repente, alguien tocó la puerta principal de mi hogar. Achiqué los ojos al mantener mi mirada en la de la abuela Anita, quien soltó un leve suspiro y luego agitó un poco sus manos para que dejáramos el tema para otro momento.
Decidí ir hacia la entrada principal de la casa, pero engrandecí los ojos cuando me percaté de que se trataba de mi novio. No pude evitarlo. Él me miró con cierta diversión y curiosidad por mi reacción. Sin embargo, siempre manteniendo su seriedad. Rasqué mi nuca al intentar apaciguar mi impresión. La realidad era que no lo esperaba en el momento. Y mucho menos cuando su día había sido lleno de muchas ocupaciones con su nuevo cargo. Cuando abrí la puerta en sus narices, le sonreí con cierto rubor.
—¿Qué haces aquí? —negué con la cabeza, sin dejar de sonreír llena de nerviosismo.
—¿En serio? —bufó al colocar sus pulcras manos en los bolsillos de su pantalón de traje—. Qué manera de recibir a tu novio —enarcó las cejas en señal de que lo dejara pasar.
Puse los ojos en blanco y me desplacé hacia un lado para que pudiese entrar, cruzándome brazos mientras accedía por completo al interior de la casa. Sus ojos verdes me examinaron con calma, estudiando mi comportamiento que se había tornado sorpresivo.
La abuela Anita se había quedado congelada desde el área de la cocina. Estaba apoyando las manos sobre la encimera mientras carraspeó y comenzó a realizar cualquier cosa, a excepción de mirar a Adrián a los ojos. Era un poco incómodo para ambas tenerlo presente justo en el momento y después de todo lo que habíamos hablado sobre él. Además, ella no quería meter la pata y que el ojiverde se diera cuenta de que ya yo sabía sobre su origen. Al menos parte de este...
ESTÁS LEYENDO
MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓
Romance(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...