(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 12.
Jimmy había tenido el descaro de llamar a Adrián frente a sus amigos mientras éste estaba junto a Jesse y Amanda.
Sin embargo, que el ojiverde se acercara en estos momentos era lo menos que me faltaba. No solamente la tensión en el ambiente estaba por todo lo alto, sino que intentaba mantenerme al margen, a pesar de que yo no estaba dejando de ser una atracción para los presentes, como había sucedido con un chico universitario, quién me estaba coqueteando y halagando con piropos.
Me resultó bastante extraño que Jimmy no lo detuviera en ese aspecto, puesto que, a pesar de todo, mi hermano era muy protector y selectivo.
Sin embargo, aproveché la oportunidad para joder al hombre que me había puesto nerviosa desde que lo vi en aquel balcón junto a la traicionera de Amanda.
"¿Quién demonios se cree para venir a la fiesta de mi hermano y restregarme en la cara como deja que Amanda ponga sus manos sobre él? ¿Por qué carajo tiene que estar allá y no aquí, junto a mi hermano que está más que ilusionado con su presencia?"
No había vuelto a fijar mi vista hacia la dirección de Adrián, pero no podía evitar sentir como la rabia me consumía por dentro, lo que me llevó a jugar un poco con fuego.
"Bien, Andy... Tú me haces pasar por toda esta mierda. Y como incentivo, joderé con tus demonios."
— ¿Y qué me dices? ¿Aceptas? — Me dijo uno de los compañeros de mi hermano, quién me había besado la mano de manera coqueta.
— No lo sé... — Me sentía dudosa y ruborizada.
— Sólo te estoy pidiendo que bailes conmigo... — Me sonrió con los ojos brillosos.
A pesar de que el chico aparentaba estar cerca de mi edad, no me sentía totalmente cómoda. Lo veía como un niño...
— Bueno, quizá en un rato... — Acepté nerviosa. — Es que acabo de hacerme presente en la fiesta y no he saludado ni a la mitad de la gente que está aquí, incluyendo a mi familia. — A pesar de que eso era cierto, aproveché la excusa para liberarme del pequeño inconveniente.
Me giré un poco, observando como mi hermano continuaba absorto en una charla que tenía con unos chicos que se habían acercado al grupo. No podía entender porqué me estaba echando a los perros sin más.
— ¿Y cuántos años tienes, belleza? — Me preguntó otro chico que se ubicaba al lado del que me besó la mano, dándole un sorbo a su bebida y esperando una respuesta llena de curiosidad.
— Veintidós. — Zanjé con brevedad, enarcando las cejas y rascándome levemente la nuca un poco tensa por la situación.
— Una chica bella y joven para ser estudiante de medicina... — Murmuró el chico que besó mi mano.
