Capítulo 60.

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Capítulo 60

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Capítulo 60.

—No —me detiene al ver mi intención de quitarme la blusa por completo, colocando su mano entre mis dedos—. Ya has hecho tu parte y me queda claro —zanja, pero ya reconozco ese tono mandón—. Yo me haré cargo.

Aunque el frío de la humedad había erizado mi piel, sentía un calor corporal increíble gracias a la tensión, a la expectación, y a las hormonas alborotadas en mi sistema.

Adrián me rodeó, como si yo fuese una débil presa, examinándome de arriba hacia abajo. Él quería que yo supiera que lo estaba haciendo. Me quedé quieta, esperando su próxima orden o acción.

Asomó su boca muy cerca de mi oreja desde mi parte posterior, sujetando la tela de mi blusa con ambas manos y con la intención de quitarmela él mismo.

—Haremos esto un poco distinto, mi jovencita... —me susurra con expectativas—. ¿De acuerdo?

—Sí... —afirmo.

«Mierda, creo que estoy más ansiosa que él mismo».

Sentí que sonrió sobre mi hombro cuando terminó de quitarme la blusa, dejando que cayera al suelo.

—¿Me vas a desnudar por completo? ¿Aquí? —trago saliva y me relamo mis húmedos labios.

No me respondió, pero sus besos mojados y lentos no se hicieron esperar sobre mi desnudo hombro al desabrochar el sujetador.

Me sentía un poco ruborizada ya que bajo mi falda tenía puesta las medias de lencería. Me tensé y un escalofrío recorrió mi piel cuando se agachó y sus manos se dirigieron hacia la tela, descendiéndola sobre mis piernas junto con mi tanga.

La situación estaba siendo una ardiente locura, pero una que ansiaba. No terminaba de asimilar que me encontraba prácticamente desnuda en un jardín y al aire libre, bajo una tropical lluvia de verano.

Cuando recompone su postura, me hace girar sobre mis pies y me mira a los ojos, acariciando mis sensibles pechos mientras las gotas de agua descienden por todo mi cuerpo. Nuestras miradas se profundizan en su totalidad.

—Deseo hacerte esto. Quiero sentir cómo tu cuerpo se tensa por mi contacto y el frío del agua... —acaricia mis pezones con suavidad.

Fui capaz de morderme el labio inferior, aunque mis piernas ya temblaban por los nervios que me causaba este dios sexual. Estaba ansiosa de que me poseyera a su modo.

Cierro los ojos al sentir cómo la yema de sus dedos le regalan cosquillas a mis pechos, alrededor de mis pezones, sintiendo cómo me miraba con el verde destellantes de sus ojos al disfrutar mis gestos y expresiones.

Quiero que me bese en todas partes. Lo estaba deseando desde la cena. Mi cabello comienza a mojarse por completo y se alarga aún más, adhiriéndose y cayendo sobre mi espalda y mis hombros. Algunos mechones se escapan y se desplazan hasta mis pechos.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora