(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 80.
Una bebida tras otra llegaba para Adrián y para mí de las manos de mi hermano. Ambos nos ubicábamos en un rincón en el interior del «SoulAngel». Observábamos todo el ambiente pesado a la vez que divertido.
Jimmy tuvo razón cuando dijo que era buena idea venir. Muchos de los presentes bailaban al ritmo de cada canción mientras alzaban sus bebidas como si no hubiese un mañana.
El bar estaba muy cargado de personas. Era casi imposible reconocer a todos los del personal del hospital que se encontraban en el momento. Por suerte, la futura figura más importante del «Hospital General de Puerto Rico» y de mi carrera se mantuvo detrás de mí, como un guardaespaldas.
Le di un sorbo a mi bebida al enarcar las cejas y moví mi cuerpo levemente al ritmo de una de las canciones aleatorias.
—¡Esa es mi hermanita! —Jimmy me animó y le dio un profundo sorbo a su trago junto a Leslie, quien hizo lo mismo.
Adrián presionó los labios al observarme y le dio un sorbo a su bebida de la misma forma que lo hicimos los demás, aunque yo sabía perfectamente que él estaba pendiente de que le obedeciera y me comportara.
«¿Pero qué coño yo iba a hacer si no podía evitar ser como era siempre? Nere, nuestras cuentas con él seguirán sumándose a su lista mental de amonestaciones». Apesar de que mi subconsciente me alertó, continué ignorando la seriedad del asunto.
—¡Por esta y más salidas en parejas! —Jimmy elevó su bebida y los demás hicimos lo mismo—. ¡Y porque el doctor Andy se unió a nuestra familia!
»¡Hombre, qué estoy feliz de que seas oficialmente mi cuñado! —le dijo mi hermano demasiado alterado por el alcohol en su sistema—, aunque los demás estábamos en su mismo estado ya que también tenía que admitir que me sentía alterada y revolucionada.
—¡Salud! —grité a la par que Jimmy entre el gentío.
Los cuatro tomamos de nuestras bebidas, pero luego lo acompañamos con varios shots de ron ya que a mi hermano y a mí nos dejó de importar al tener un chófer más que serio y eficiente.
—Aly, creo que nos estamos excediendo demasiado —Adrián también estaba afectado por tanto alcohol en su sistema. Sin embargo, eso ni siquiera logró que su actitud tan demandante se desvaneciera.
—¡Ya, Andy! —me reí en sus narices al tocar su pecho—. Disfruta un poco, papacito...
Él sujetaba mi brazo ya que me tambaleaba un poco, mirándome a los ojos al examinar mi evidente estado. Me sentía sumamente feliz y también achispada.
—¡Espero que esta vez no estés simulando la borrachera, Nere! —Jimmy rio al hipar.
—¡Sí lo estaba! —rodé los ojos cuando le respondí a mi hermano, pero Adrián se ruborizó y me miró alertado.
