Capítulo 69.

31.9K 2.9K 587
                                    

Capítulo 69

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 69.

(Adrián).

Como de costumbre, me desperté antes de que amaneciera para hacer mis rutinas de ejercicios.

Sí, había estado teniendo el mejor sexo de mi jodida vida, pero la costumbre de ejercitarme era sumamente primordial para mí.

Ver a Alysha junto a mi lado y aferrada a mi cuerpo, causaba que una patética pereza me hiciera pensarlo dos veces antes de retirarme de la cama.

«¿Qué coño te sucede, Adrián? Solo será por un rato», pensé al darme cuenta de que la jovencita tenía el poder sobre mí hasta dormida.

Me aparté lentamente de su cuerpo, pero ella presionó sus párpados al sentir la leve interrupción de su pesado sueño. Fruncí mis labios y la acomodé mucho mejor sobre las almohadas, acobijándola hasta los hombros.

Sabía que amanecería adolorida. Realmente, esperaba que no me detestara por eso. Tuvimos sexo duro, intenso, y malditamente apasionado. Era muy poco probable que despertara ilesa ante tanta ejercitación sexual.

Decidí que lo mejor sería darle una pastilla para el dolor y la tensión muscular. Ella no estaba acostumbrada a tanta actividad sexual, así que lo mejor sería tratarla con cuidado cuando despertara.

«¿Se enojará conmigo cuándo sienta su cuerpo severamente adolorido? Esperaba que no».

Fui por mi ropa para hacer ejercicios. Un largo pantalón gris con rayas blancas y una camiseta del mismo color eran suficientes. Me coloqué las zapatillas con rapidez, porque la realidad era que quería terminar la rutina lo antes posible para volver con ella.

«Mi novia». Todavía disfrutaba decirlo y sentirlo.

Decidí salir a correr por la calle Ashford Avenue y mantener un trayecto cercano. Luego, volví al edificio y me metí en el pequeño gimnasio del apartamento.

La emoción y las ansias me hicieron realizar la rutina con suma eficiencia. La adrenalina de felicidad que corría por cada parte de mi cuerpo me mantenía animado cada vez que realizaba mis programados ejercicios para los abdominales, glúteos, brazos, y piernas.

«¿Cuándo fue la última vez que me sentía tan feliz de ser yo? Solo con ella me siento contento de ser Adrián. Me dijo que me amaba sin importar las circunstancias».

Eso me hace reflexionar que tal vez mi mayor secreto no sea un problema para ella. Sin embargo, todavía no me sentía malditamente preparado para decirle.

Casi logro llegar a esa parte tan difícil de mi vida con ella. Casi logro decirle lo peor de mí. Pero no quiero arruinarlo. No quiero que eso joda mi estado de humor y la cague con ella por mi descontrol.

«Debo concentrarme», pienso al trabajar los músculos de mis brazos.

Sin embargo, la última conversación que tuvimos acerca del suicidio que una vez intenté cometer me hace recordar el día que la vi por primera vez.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora