Capítulo 46.

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Thursday - The Weeknd ♪

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Capítulo 46.

—¿"Bastante"? Ese término no es suficiente para describir lo que puedes ser capaz de hacer —sonrío cerca de sus labios—. Pero ya que estás más que de buen humor y muy emotivo, ahora es mi turno de obsequiarte un detalle que entiendo muy importante.

—No soy muy aficionado de los obsequios —me dice con sinceridad, rascando su nuca—. Es decir —carraspea—, no estoy acostumbrado a esas situaciones desde que lo puedo tener todo. Ya sabes... —se hace el fuerte y esquiva mis ojos.

—Ay, por favor —bufé al sujetar sus mejillas y me reí en sus narices—. No te hagas el desentendido, que bien que te gustan mis sorpresas.

Pone los ojos en blanco y más ruborizado reacciona cuando adhiero mi nariz contra la suya.

—Bombón, eres un gruñón insoportable —le hago cosquillas con mi nariz al balbucearle.

Me acomodo sobre su cuerpo al sentarme a horcajadas sobre sus piernas y el asiento. Alargo mis brazos y coloco mis manos sobre sus hombros y sus omoplatos. Asomo mis labios muy cerca de su oreja y me remuevo sobre su entrepierna muy traviesa.

—Ya puedes leer el pedazo de papel que tomé de tu recetario —le susurro al oído y le doy un tierno beso en la mejilla.

Su expresión cambia a una más curiosa. Frunce su entrecejo, queriendo descifrar qué es lo que tengo entre manos. Saca el pedazo de papel del bolsillo de la chaqueta de su traje y lo abre, expandiéndolo.

Cuando leyó lo que escribí, sus claros ojos se engrandecieron. Sin embargo, volvió a releer sin poder creérselo...

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Mi Cura Prohibida:

Cuando hayas leído esto, ya habré aceptado ser completamente tuya. Inclusive, antes de que llegáramos a hablar de nuestra propuesta.

No dejes de tomar tu medicamento más importante, el cual funciona con amor, porque quiero aliviarte y curarte.
~•~

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Adrián presionó y arrugó el papel. Sus ojos verdes se humedecieron sin poder evitarlo. Acaricié sus mejillas antes de que pudiese reaccionar de cualquier forma negativa, pero a diferencia de eso, me abrazó y escondió sus ojos bajo mi cuello.

Me dejó mimarlo al acariciarle sus cuidados mechones. Besé su cabeza y me quedé en silencio, dejando que asimilara la información a su paso.

—Tú sí que sabes cómo sorprenderme, pequeña —murmura bajito y con timidez.

Siento como una porción de piel en mi cuello se humedece por las lágrimas que no quería mostrarme.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora