(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 32.
Eran más de las 6:00 de la tarde. Mi familia había pasado la mayor parte del tiempo en sus habitaciones, intentando llevar la resaca lo mejor posible. Sin embargo, también estaba suponiendo que mis padres utilizaban esa excusa para mantenerse a solas haciendo lo que evitaba pensar. En cambio, Jimmy, se había levantado de la cama por obligación de Leslie Holán cuando esta decidió hacerle una visita sorpresa.
Me había sorprendido la familiaridad con la que se estaban tratando. No podía negar que también me causaba cierta ilusión. La enfermera Holán era una chica estupenda en su trabajo y con los pacientes. Su dulce personalidad me caía muy bien.
Me encontraba en el pasillo, esperando delante de la puerta del baño para que Jimmy saliera lo antes posible. Quería darme un merecido y relajante baño.
Había pasado las horas con la abuela Anita, charlando y poniéndonos al corriente de los viajes que ella había realizado con sus amigas del bingo. Sin embargo, no me preguntó ni me comentó nada más por mi futuro novio. Al parecer, de momento estaba tranquila al verlo más accesible.
—Jim, ya abre la maldita puerta —era como la séptima vez que llamaba su atención al rodar los ojos.
—Ya casi, coño —subió el tono de voz al abrir la puerta de sopetón. Estaba con el cabello mojado, cubriéndose de pies a cabeza con una extensa toalla mientras sus dientes rechinaban por el aire acondicionado central de nuestro hogar. Parecía cansado y ahogado—. La madre que me vuelva a parir, Nere. Tengo una jaqueca hija de puta...
—Entre todas las veces que has vomitado hoy y tu intenso dolor de cabeza, ya sabemos quien la lleva peor de todos los que bebimos.
—Creo que moriré... —apoyó su húmedo cuerpo sobre el mío.
—Ay, no seas tan dramático —lo guie hasta su habitación, donde se encontraba Leslie ayudándole a reordenar algunas cosas de su escritorio.
—Aquí te lo entrego —le digo a ella con más familiaridad al bromear.
Sin embargo, Leslie me sonríe al llevar algunos libros de Jimmy hacia la cama.
—Ay, no. Hoy sí que no quiero joderme los cojones estudiando —Jimmy se quejó al mostrarse en bóxer con toda la normalidad del mundo, recostándose junto al respaldar de su cama.
—Estás en las últimas semanas de este semestre —le recalca Leslie—. Piensa que dentro de un par de semanas más podrás liberarte de los exámenes finales.
—Y ni siquiera se imagina lo que le espera en medicina si aplica —la apoyo en la conversación por el simple hecho de fastidiarlo un poco, estando consciente de que verdaderamente era muy inteligente.
Cuando decido ir hacia el baño, Jimmy vuelve a llamarme.
—Oye, espera, Nere...
Me detengo y me giro sobre mis pies, observando lo jodido que estaba sobre la cama.
