(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 63.
A pesar de que sentía que volaba en una nube al estar prácticamente satisfecha después de nuestro asalto sexual, no pude evitar engrandecer los ojos y mirarlo con atención, apoyando mis manos sobre su nuca con más insistencia.
—Te escucho... —mi voz suena más sorpresiva de lo habitual, así que carraspeo para disimular mi mala costumbre de avidez por la información—. Digo... Quiero decir, que te tomes tu tiempo.
Mi novio pone los ojos en blanco ante mis palabras y niega con la cabeza, sonriendo con astucia, como el hombre inteligente y brillante que es. Él sabe perfectamente que estoy ansiosa por saber más detalles.
—Bueno, para ser sincero contigo... —abrió la puerta de la azotea como pudo y accedimos al interior del edificio—. Pienso que creé un vínculo hacia ti en cuanto a la albutofilia. Y también estoy suponiendo que lo mismo ocurrió con las demás desviaciones.
—¿Cómo así? —achico los ojos al mirar su rostro con atención.
Mientras por lo bajo se escuchaba de fondo el tema The Weather de Lyves, Adrián negó con la cabeza levemente, como si estuviese sopesando lo que diría.
—Creo que como siempre he estado enamorado de ti, en el pasado, cuando no podía asimilar ni familiarizar muy bien ese sentimiento, lo hacía a través de mis... conductas —suspira profundamente al bajar las escaleras en forma de caracol.
»Por ejemplo, una de esas veces te vi bajo la lluvia. Estabas disfrutando de un simple y natural momento como ese. Solo podía apreciar lo mucho que te divertías y sonreías —sonríe levemente, caminando hacia el estrecho pasillo que nos dirige hasta el departamento—. No sabes cómo lograbas hacerme sonreír con gestos y acciones tan simples —besa mi frente y me presiona contra su cuerpo aun más—. Ni siquiera sabías cómo lograbas arreglar mi día con una simple sonrisa de tu rostro —se adentra conmigo al lujoso baño.
—Entonces, quieres decir que cuando me viste en algún punto de tu juventud, causó que esas parafilias que padeces se vincularan conmigo... —asentí para mí misma al achicar los ojos, mientras que él me ponía en pie con cuidado.
—Sí, eso creo —frunce el ceño y se aparta de mí por algunos instantes para luego volver con dos toallas—. Pero eso es algo que mi psicólogo y yo suponemos. Él más que yo, por la experiencia...
Extendí mi mano para que me entregara una de las toallas, pero ignoró mi acción y colocó la suya sobre su hombro para secarme él mismo. Comenzó con mi cabello, frotándolo con insistencia y con un ritmo delicado, concentrado en el acto y queriendo hacerlo de forma perfecta. Aproveché para deleitarme de sus verdes ojos sumamente expresivos y claros. Era inevitable no quedarme embelesada en su belleza tan natural.
