Capítulo 88.

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Capítulo 88

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Capítulo 88.

Aunque ya amanecía, el extenso televisor de la habitación continuaba encendido en un volumen muy bajo. Adrián y yo todavía no habíamos dormido, pero no nos preocupaba mucho ya que era domingo y podíamos descansar hasta la hora que nos pareciera. 

Sin embargo, él había querido escuchar las noticias de la mañana y no pude negarme a hacer lo mismo mientras disfrutábamos de nuestras pieles pegadas en el confort de amor e intimidad que los dos teníamos.

Adrián mantenía su rostro escondido bajo mi cuello mientras su cuerpo se encontraba entre mis piernas y mis brazos. Estaba quieto, en paz, disfrutando de mis caricias en su cabello que frotaba con amor y como si él fuese un niño pequeño.

Ambos estábamos acobijados hasta la cintura, pero el calor de su cuerpo sobre el mío me hacía sentir cálida. Estaba segura de que él también se sentía igual. Parecía tan tierno y vulnerable entre mis brazos, que lo único que deseaba era que continuara dejándose mimar por mí.

La claridad de la hermosa mañana tropical estaba por comenzar a notarse más. Y aunque sentía que los ojos se me cerraban solos, quería vigilar su sueño. Me gustaba esperar que él se durmiera primero. Besé su cabeza cuando colocó su mano derecha sobre uno de mis pechos. No pude evitar acurrucarlo mucho más al sentirlo todo mío.

—Aly... —murmuró mi nombre por lo bajo. Estaba muy relajado y podía notarlo en su voz y en sus músculos.

—Pensé que ya te habías dormido —coloqué la palma de mi mano en su mejilla cuando me miró desde su posición.

—Casi, pero no puedo dormir hasta contarte algunos detalles ahora que te tengo así.

—¿Malo o bueno?

—Nada de eso —volvió a esconder sus ojos claros bajo mi cuello y sentí cómo se ruborizaba—. Es sobre nosotros.

—Ah, ¿sí? Te escucho —comencé a acariciar su espalda descubierta, sintiéndome realmente dichosa de tener a un espécimen tan hermoso y dulce.

—¿Recuerdas la primera vez que nos vimos en el «Soul Angel»? ¿Cuándo fuiste a disculparte conmigo por haberme derramado el café?

Lo recordaba perfectamente. Era muy difícil no recordar sus ojos tan intimidantes cuando me senté a conversar con él. Me miraba de una forma extraña que no logré comprender hasta que conocí cómo era realmente en la actualidad.

—Sí —le afirmé.

—Esa vez fui al bar porque yo sabía perfectamente que tú estarías allí. No fue casualidad —me confesó.

—¿En serio? —me sorprendí un poco, pero dejé que se explicara.

—Sí —afirmó—, yo sabía que tú estarías allí gracias a Amanda —carraspeó—. Me enteré de que irías al «Soul Angel» porque, cuando tú y yo tropezamos en la entrada del hospital, no pude evitar preguntarle por ti cuando me la encontré en la casa de Jesse una de las tantas veces que ella fue. Yo sabía que ustedes continuaban siendo amigas, pero no que estabas con él.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora