Capítulo 30.

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Capítulo 30

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Capítulo 30.

Presiono los párpados al sentir una intensa jaqueca. Siento mi cuerpo más pesado de lo habitual. Sin embargo, no quería abrir los ojos. No quería levantarme de la cama que estaba siendo reconfortante y calientita. 

Intento removerme al holgazanear, presionando mis labios e ignorando los ruidos que se escuchaban a una distancia considerable. Sin embargo, el olor a café recién hecho invade el ambiente de mi habitación.

Entonces, recordé lo que estaba sucediendo...

Cuando abrí los ojos de repente me topé con la imagen del que parecía un jodido modelo de revista, durmiendo plácidamente con una expresión tierna que pude apreciar a pesar de que estaba boca abajo.

Las sábanas no cubrían ni siquiera la mitad de su cuerpo, pero parecía más que relajado. Los mechones de su cuidado cabello estaban revueltos, mostrándose natural y vulnerable, pareciendo más joven de lo que aparenta.

Me senté como pude con el cuerpo adolorido. Las sábanas que cubrían mi desnudez descendieron hasta mi cintura cuando estiré mis brazos al intentar hallar un poco de alivio.

Me di cuenta de que Adrián se removió levemente. Aunque deseaba que continuara durmiendo, no pude evitar acercar mi rostro y darle un tierno beso en los labios.

Sin embargo, él respondió inconsciente, balbuceando...

—Aly, pórtate... bien —presiona los labios al hablarle a su pesado sueño.

Sonrío enamorada y acaricio sus alborotados mechones que resaltaban entre mis almohadas.

Ignora mis caricias al girar su cabeza, inconsciente de que me regalaba una vista jodidamente extraordinaria de su expuesto y prieto culo.

«En realidad, sí tiene buen culo», pensé muy traviesa al morder la uña de mi dedo pulgar, tentada de palmeárselo.

Ver de forma tan accesible sobre mi cama a un ser tan imponente y deseado por las masas estaba siendo más que suficiente para cometer mi travesura.

«Pero es todo mío», me relamo los labios al acercar mi mano a su prieto culo.

De repente, la puerta de mi habitación se abre y la abuela Anita entra con descaro, mostrando normalidad, aunque en su expresión veía la emoción.

Intenté cubrir mis expuestos pechos de sopetón al tirar de las sábanas que cubrían la poca inocencia de Adrián, dejando su perfil posterior a la vista, totalmente expuesto delante de mi abuela. Sin embargo, él no se dio cuenta y continuó en su profundo sueño.

Ella, sin embargo, enarca las cejas, cómplice del plan que habíamos logrado...

Resulta que la abuela Anita me había ayudado para hacerle creer a los demás miembros de mi familia que verdaderamente estaba muy borracha, así que ella se aprovechó de la situación cuando Adrián decidió traerme a la cama junto a los demás, invitándolo a quedarse. Como funcionó la idea, se encargó de distraer a mis padres.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora