♪ Void|The Neighbourhood ♪
Capítulo 83.
Mantuve mis brazos cruzados, mientras que Adrián estuvo manejando de vuelta hacia su apartamento. Conducía despacio, a pesar de que estábamos en plena madrugada. De fondo se oía el tema Avoid de The Neighbourhood. Volvimos a nuestra tranquila privacidad y no pude evitar sentirme feliz, aunque la mayoría del tiempo siempre lo era. Estar con él se había convertido en mi pasatiempo favorito.
—Aly, no seas así —acarició mi barbilla con su mano desocupada—. No me hagas esos gestos, que solo tuve la iniciativa de subirte a mi nuevo vehículo. Solo fui un caballero.
—¿"Un caballero"? —bufé—. Subirme a tu hombro y cargarme como un costal de papas es lo más caballeroso y delicado que he visto, claro.
Soltó varias carcajadas y negó para sí mismo al mantener la mirada fija en la carretera. Adoraba cuando se ponía juguetón. O más bien, en realidad, amaba cada fase de él.
—Quizá a veces exagero un poco, pero no es para tanto —me sonrió fugazmente y continuó tarareando la canción que inundaba el interior del vehículo.
—Sí, "un poco". Claro... —le puse los ojos en blanco y miré a través de la ventanilla de mi lado.
—¿Qué tal si deja ese sarcasmo para después y me das un beso? —pellizcó mi nariz al detener el vehículo en un semáforo—. No me digas que me lo negarás... —se rio y lo miré con una disimulada expresión de chica ofendida—. Dame uno —me guiñó el ojo.
«Definitivamente, también estaba pasado de tragos».
—Andy, ¿seguro qué estás bien? —me reí en sus narices, pero la verdad era que no podía dejar de impresionarme por su actitud tan despreocupada.
Sin esperarlo, espetó un beso sobre mis labios y me miró a través de la oscuridad del interior. Sus ojos verdes se endulzaron y acarició mi nariz con la suya.
—Más que bien —me sonrió muy juguetón—. Y es que después de todo, podremos estar solos nuevamente.
Me reí junto a él y negué en sus narices.
—Wayne, siempre tendremos tiempo para estar solos...
—Es cierto —continuó conduciendo cuando la luz del semáforo cambió—. Pero por nuestra ajetreada vida, me gustaría tener mas tiempo, más normalidad entre nosotros. ¿A ti no te agradaría? —se encogió de hombros.
Lo analicé un poco y me di cuenta de que tenía razón. Además, me llenaba que pensara en esos detalles que realmente le estaban importando tanto.
—Es cierto, Wayne —le di la razón y eso lo enalteció en lo absoluto
—Entonces, que no se hable más —sonrió severamente engreído y subió el volumen del tema.
Cuando vi que manejaba al mover levemente su cuerpo, me encogí de hombros y comencé a cantar la letra a todo pulmón.
Adrián me miró por leves instantes como queriendo decir: "¿Pero qué mierda te sucede?". Sin embargo, no me importó, porque a pesar de los contratiempos del pasado, no pudieron empañar nuestra felicidad. Y eso, me hacía sentir más que feliz.
—¡Este tema me encanta hasta la médula! —gritó a través del ruido de la canción—. ¡Es metafórico y se presta para muchas cosas, pero cada vez que lo oigo me acuerdo de ti! —confesó sonriente.
—I wonder how I got by this week, I only touched you once, lately I can't find a beat, I used to feel the rush —no dudó en unirse al coro del tema junto a mí. Ambos cantábamos a la par. Y aunque yo no podía creer que lo hacía, continué haciendo que él disfrutara la noche.
—¡Así me haces sentir! —sonrió abiertamente y yo hice lo mismo—. ¡Justo cómo la adicción a una droga!
—And now I need you to feel the vibe, I need you to see the point, I need you to feel alive, I need you to feel the void —nos movimos al ritmo de la canción. Y aunque estábamos pasados de tragos, nos sentimos como un equipo.
🔹
Cuando llegamos y estacionó el vehículo, apagó el motor y nos miramos con una sonrisa imborrable de nuestros labios, calmando nuestras respiraciones después de cantar como si no hubiese un después. Nos quedamos en silencio por unos segundos que me resultaron cómodos, pero fui la primera en romper el hielo.
—Andy, cuando sonríes eres aún más hermoso —toqué su mejilla y la acaricié a través de la oscuridad.
Me esperé su evidente rubor, uno que lo hacía ver tierno a la vez que cariñoso y tímido. No pude contenerme y besé sus labios al sentir muchos sentimientos encontrados. Percibí cómo cerró sus párpados muy risueño al dejarme actuar sobre él.
—Me haces muy feliz... —susurré sobre sus labios.
—¿De verdad? —sus mejillas estaban calientes.
—Mucho... —continué acariciando su mejilla—. Mucho, Adrián —le aseguré—. La pasé de maravilla. Muy a tu estilo, pero me ha gustado esta cita.
Él rio con suavidad y acarició mis mejillas al mantener sus ojos sobre los míos. Sentía que me ganaba su confianza cada vez más.
Cuando salimos del vehículo, abrió la puerta posterior del edificio y subimos en el ascensor hacia su apartamento. La puerta corrediza del rústico despacho no había terminado de abrirse cuando me abalancé sobre él para besarlo.
—Aly... —sonrió con dulzura al rodear mi cintura, igual de deseoso que yo.
—Por favor, déjame curarte... —susurré sobre su boca y continué besándolo—. Déjame sentir tu amor...
—Sabes lo que siento por ti —dejó que lo besara con gusto mientras sus manos se paseaban por mis caderas.
—Entonces, ámame como solo tú lo harías... —le quité la chaqueta y lo empujé hacia el interior del apartamento, sabiendo que estaba sumamente ruborizado por mi iniciativa.
Sin embargo, Adrián no dudó en aceptar mi pedido lleno de deseo. Fue capaz de quitarme la blusa por encima de mi cabeza de un tirón. Me desabotoné los jeans y él me ayudó a bajarlos con rapidez junto a las blancas Converse que calzaba.
Cuando recompuso su postura, elevé su negra camiseta y me ayudó a quitársela por encima de su cabeza, causando que los mechones de su cabello castaño se desordenaran con sensualidad. Volví a abalanzarme sobre él al apoyar mis manos sobre su nuca, robándole otro ansiado beso.
—Es que ni me permites desvestirme por completo —sonrió aún más excitado y con gracia, refiriéndose a sus jeans que apenas intentaba quitarse.
—No puedo esperar... —mis besos en su boca eran voraces y se mezclaban con su cálido aliento alcoholizado y mentolado.
Él también estaba muy ansioso y lo podía sentir en su manera de terminar de quitarse los jeans, los boxer, y las botas. Nuestras lenguas se enredaron salvajemente, pero sus jadeos sobre mi boca elevaron mis hormonas alborotadas mucho más. Me elevó en sus brazos y comencé a sentir su cálida piel sobre la mía cuando nuestros cuerpos se adhirieron.
—Andy... —gemí con deseo entre sus voraces besos.
—¿Sí?
—Quiero que me trates duro... Quiero que seas severo conmigo justo ahora...
Su boca se despegó de la mía. Y aunque se mostró impresionado por mi pedido, no dudó en reflejar su sonrisa torcida e inteligente.
—Sabes que tus deseos son música para mis oídos —me puso en pie y alzó la mirada, observándome con superioridad y de manera retante—. Y más cuando me lo pides...
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓
عاطفية(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...