(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 3.
Adrián Wayne engrandeció sus verdes ojos, sin poder disimular su impresión de verme.
Sin embargo, ambos nos cargamos las miradas, hasta que decidí bajar la mía, con las mejillas calientes. Me sentía malditamente ruborizada.
— Doctor Wayne Milán, ¿todo bien? — El director de internos y residentes llamó su atención con discreción al ver que su hijo se había quedado petrificado por varios segundos que nos parecieron eternos.
El imponente médico cirujano sacudió la cabeza levemente. Con cierta elegancia, procedió y presionó el botón del piso de cirugía general. Sin embargo, solo se limitó a asentir al esquivar mis ojos por leves instantes, incómodo por la situación.
El silencio se hizo más ensordecedor en el ascensor y lo único que podía reconocer era cómo por lo bajo se escuchaba el tema Unfold de Alina Barza & Galimatias,mientras todos los presentes en el momento esperábamos llegar a nuestros destinos de trabajo.
Me crucé de brazos y acaricié las mangas moradas que cubrían mis brazos y mis antebrazos. Mientras el Doctor Jaime Bachelées y el Doctor Andrés Wayne hablaban con total soltura y profesionalidad, Adrián se mantuvo en su posición, justo a mi lado, tenso, mirándome de reojo.
Moví mi cabeza levemente, tragando saliva, intentando mirar hacia otra dirección al sentir que el aire me faltaba y el corazón me latía de forma desenfrenada.
Adrián volvió a pasear su mano derecha de dedos largos por su cabello, intentando apartar con dificultad los mechones lacios y alborotados que estaban sobre su frente. Podía sentir como se arqueaba desde su posición con cierto disimulo.
Las tres internas y el residente se ubicaban justo detrás de nosotros. Estaba segura de que el Doctor Jeffrey Yanius no despegaba su mirada del ojiverde y de mí. Sé que intentaba descifrar qué estaba pasando entre Adrián y yo.
Sin embargo, las tres estudiantes se mantuvieron en silencio, y suponía que le echaban miradas al director de cirugía general.
— Señorita Doménech, las rondas y lecciones el día de hoy son conmigo. — El Doctor Jeffrey Yanius me sujetó el brazo levemente, tirando de mí con suavidad al posicionarme a su lado, junto con las demás internas.
Parpadeo repetidas veces por la impresión, gracias a la inesperada acción del residente. Me sentí más nerviosa cuándo la mención de mi nombre llamó la atención de los tres médicos más importantes del hospital. Por lo pasmada que me sentía ante tal situación, la mochila se me cayó al suelo por leves instantes.
— Señorita Doménech... — El Doctor Andrés Wayne se sorprendió de verme justo al lado de Adrián. — Por Dios, ¿¡cómo está!? — Me estrechó la mano con familiaridad, dándome más importancia de la que podría estimar de figuras tan importantes en la medicina.