Capítulo 76.

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Capítulo 76

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Capítulo 76.

—Pásame el teléfono—Adrián extiende una de sus manos mientras continúa conduciendo—. Jesse no tiene razones para seguir llamándote —me dice—. ¿Quién coño se cree que es? Por las buenas o por las malas va a tener que entender que eres mía y yo tuyo.

—Tú tranquilo, doc —Jimmy lo interrumpió de sopetón y me quitó el iPhone, respondiendo por él.

—¿¡Qué!? —Adrián y yo exclamamos a la par.

—Mira, Jesse, quiero decirte un par de cosas aprovechando tu llamada —Jimmy le advierte—. Me gustaría que dejaras de ser tan jodidamente molestoso, aunque sea el día de hoy. O sea, malnacido, estoy intentando tener una cita con mi bonita chica, mi nuevo cuñado con un montón de vehículos que ha comprado con el corazón, y con mi hermana. Pero la estás cagando cada vez que decides joderle la existencia. Y por ende, también jodes la mía. ¿Cómo pretendes que nosotros, los hermanos Doménech, echemos un buen polvo con nuestras parejas cuando te apareces y nos recuerdas tu fastidiosa existencia?

—¡Tú no tienes que meterte en mis malditos asuntos, metiche pendejo! —Jesse se escuchaba fastidiado a través del alta voz—. ¡Quiero hablar con Nere! ¡Todavía tiene tiempo para arrepentirse y dejar a ese infeliz bastardo!

—Eres patético —Jimmy se ríe bastante extrañado—. Aquí el único bastardo eres tú, y me atrevo a decir que también eres un cabrón —su risa resonó con gracia—. De hecho, literalmente, lo has sido. Pero está bien, porque quien lo hace mal lo tiene que pagar de alguna forma.

—¡Mejor pásale el teléfono a tu hermana, maldita sea!

—¿Por qué mejor no te paso mis huevos y me haces café en ellos, puto?

—Pero si tienen las mismas manías de la lengua viperina... —Adrián me observa al enarcar las cejas.

—¡Tú tienes muchísimas y yo no me ando quejando, Andy! —le susurro al rodar los ojos.

—¡Te has metido demasiado en mis asuntos con Nere, Jimmy! ¡Y ya me tienes harto! —Jesse continúa parloteando sandeces—. ¡No creas que se me ha olvidado lo que me hiciste cuando intenté hablar con ella aquella vez!

—Y ojalá que no se te olvide, porque esas cosas te suceden por pendejo, infiel, e ignorante. ¿Ya lavaste la tanguita de la zorrita de Amandita?

—¡Hijo de... —Jesse intentó insultar a mi hermano, pero Jimmy colgó la llamada con normalidad.

—Este tipo está actuando muy ridículo —Jimmy negó con la cabeza al entregarme el teléfono—. Será mejor que no respondas, Nere. Solo intenta fastidiar tu día con Andy.

—Puede actuar muy ridículo, pero hay que tener mucho cuidado con él —suelta Adrián de repente—. Puede ser muy... impulsivo...

Lo miro directamente al enarcar las cejas, pero el ojiverde carraspea.

—Me refiero en el mal aspecto —me aclara ruborizado, como si yo no entendiese su situación.

—¿Por qué? —Jimmy bufa, pero luego presiona los labios al mostrar interés—. ¿Qué sabes que nosotros no, doctor Andy?

«¿Olvidé decir que mi hermano era ávido para la información al igual que yo?»

Adrián frunce el ceño a través de sus lentes de sol cuando fija su mirada por un instante en el retrovisor. Me cruzo de brazos desde el asiento del copiloto, apoyando a mi hermano en plan de manipulación para que abundara en el tema.

—Tal vez sé un poco... —Adrián susurra entre dientes.

Sin embargo, cuando mi novio notó que no sujetaría su mano hasta que cediera, puso los ojos en blanco y se quejó como un niño mimado.

—Aly, dame tu mano, coño —agita la suya desocupada.

—Entonces, explícate, Andy —solicité muy convincente ya que era importante que mi hermano estuviese al tanto de lo que Jesse era capaz de hacer. Quería que tuviese cuidado.

—Bueno, Jesse es una persona violenta, muy violenta. Y les aseguro que lo mejor que pueden hacer es mantenerse alejados de él —Adrián estaba muy convencido. A tal punto, que observó a mi hermano a través del espejo retrovisor cuando se quitó sus lentes de sol. Él quería reflejar en sus ojos la seriedad del asunto—. Tengo entendido que hasta es capaz de matar personas si las situaciones en las que se ve rodeado no salen bien.

—¿Qué? —Jimmy engrandece sus ojos desde su lugar.

—Así es —Adrián asiente—. Me gustaría que se mantengan alejados de él. Y no es por mostrar control o mis dotes de marcar territorio —carraspea—. Lo haría —acepta—, pero este no es el caso.

—Claro... —me hago la desentendida con toda la intención del mundo.

Adrián me mira de reojo y presiona sus sensuales labios.

—No me interrumpas, Aly —intenta mostrar una sonrisa sarcástica—. No exagero. Supuestamente murió alguien bajo su mandato. Y ese alguien no ha sido cualquier persona. Fue un amigo cercano suyo —confiesa—. Eso sin contar lo que aún desconozco de ese asunto sobre él.

Ese dato era desconocido para mí, así que no dudé en fijar mi vista en él mientras continuaba informándonos.

—La persona que supuestamente murió bajo su responsabilidad yo lo conocía. Era alguien que estaba en su escuadrón desde que éramos chicos, y debo mencionar que también era un maltratante.

—¿Y por qué crees que lo hizo? —me sentía un poco espantada, pero Adrián se encogió de hombros y no parecía temerle.

—Es una persona que si no consigue lo que quiere, por las malas, es capaz de hacer muchas cosas. Pero eso lo hablaremos después, Aly. No quiero que se nos joda la cita por sus estupideces.

—Estoy de acuerdo —Jimmy lo apoya al sujetar la mano de Leslie desde su posición—. Pero agradezco que me hayas dicho todo esto, cuñado, porque así sé a lo que nos enfrentamos.

Adrián asiente desde su posición y se concentra en la carretera.

🔹

Cuando llegamos a nuestro destino, nos detuvimos frente al cine. Las personas en el exterior y desde las extensas filas, observaban el lujoso vehículo con curiosidad. Adrián miraba en diferentes direcciones al intentar localizar un estacionamiento desocupado.

—Doc, Leslie y yo saldremos —mi hermano le informó muy decidido—. Nosotros estaremos en la fila mientras encuentran estacionamiento. Estaba pensando que podríamos ver una película de terror y misterio —frunció el ceño—. Aunque también podrías darnos alguna referencia. ¿Qué te gusta a ti?

Adrián se desconcertó un poco cuando todas las miradas recayeron en él.

—¿Yo? —sus hermosos ojos se engrandecieron—. Pues —se aclaró la garganta—, una película histórica o de tipo documental sería una buena opción.

—¿Qué? —Jimmy arrugó su nariz.

—¿No? —Adrián parecía un poco confundido.

—Oye, doctor Andy, entendemos que eres ridículamente casi perfecto. Pero estamos en un puto cine, hombre. ¿No te llama el género de terror? Ya sabes; sangre, sesos tirados, intestinos fuera de su lugar...

Adrián enarca las cejas y se encoge de hombros.

—Jim, Andy es un jodido carnicero —ruedo los ojos y le hago señas para que procedan a salir del vehículo—. Cualquier película que escojan estará bien.

—Está bien —sale del vehículo junto a Leslie y nos dejan solos.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora