(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 13.
Había estado murmurando por lo bajo cuando Jimmy, Adrián, y yo, nos aproximábamos hacia mis padres. A pesar de que mi hermano se hacía el desentendido, sonriendo ante la situación, yo no podía dejar de observar al ojiverde, quién iba con una mano colocada dentro de uno de los bolsillos de sus oscuros jeans mientras que con la otra sujetaba el vaso lleno de alcohol.
No podía dejar de asesinar con la mirada a Adrián al ver que su expresión era fresca y despreocupada. Su rostro y sus ojos angelicales podían engañar a cualquiera que se le presentara en el camino. Y eso, era un hecho que yo sabía perfectamente.
— Nere, ¿podrías dejar de abrumarte por un rato? — Comentó Jimmy entre dientes, agitando la mano en el aire como gesto de saludo para los presentes en la fiesta.
—Eso intento, pero está siendo muy jodido con este hombre al lado —mascullé.
— No te hagas, que te gusta. — Volvió a murmurar con una sonrisa llena de suficiencia que le dedicó a las personas que le extendían la mano.
Adrián sólo se limitó a encogerse de hombros ante los comentarios de Jimmy, dándole un sorbo a su bebida.
Presioné mis labios con frustración al poner los ojos en blanco para darle un gran sorbo a la mía. Eso, causó la total atención hacia mí del hermoso espécimen que tenía las miradas puestas de muchas personas a nuestro alrededor.
— Aly. — Me escrutó con una mirada pausada y detenida al fruncir sus sensuales labios levemente, advirtiéndome sin decir tanto que tuviera cuidado con la ingesta de alcohol.
— No me dirás lo que tengo que hacer. — Susurré entre dientes, esquivando su mirada con actitud mientras disfrutaba de mi bebida al colocar mis labios sobre el borde del vaso.
— ¿Así que en estas estamos? — Frunce el ceño muy pronunciado.
— Efectivamente.
— Perfecto. — Casi lo susurra, murmurando entre dientes para sí mismo.
Camino con más seguridad delante de él, moviendo mis caderas con suficiencia y sensualidad.
— Papá, mamá... — Los llamo al darme cuenta de que están abrazados y sonriéndose, como dos adolescentes enamorados y descarrilados.
— Cariño, hasta que al fin sales. — Comenta mi madre, observándome de arriba hacia abajo. — Un poco descarado para mi gusto, pero te sienta bien. — Asiente con suficiencia mientras que mi padre no parece tan emocionado como ella.
— ¡Doctor! — Mi papá parpadea repetidas veces al darse cuenta de que Jimmy y yo estábamos acompañados.
Adrián le estrecha la mano con seguridad al sonreír levemente, como un niño bueno.
