Capítulo 34.
El sábado, después de que Adrián logró abrirse un poco más conmigo, se había tenido que marchar por las insistentes llamadas de su padre. No podía olvidar el hecho de que el doctor Andrés Wayne aún continuaba siendo mi jefe en el internado, a pesar de que dicha etapa estaba por culminar para mí.
Sin embargo, tenía que admitir que hace mucho no disfrutaba de un domingo familar como había sucedido ayer, ya que estuve compartiendo con mis padres, Jimmy, y la abuela Anita. A pesar de que Adrián se mantuvo ocupado ese día en sus asuntos, en ocasiones, nos enviábamos mensajes de textos para alimentar las ansias que ya teníamos por vernos. Aunque disfrutaba la distancia, ya lo estaba echando de menos.
🔹
Pero aquí estaba yo...
Disfrutaba de un lunes al besar los sensuales labios de mi futuro jefe junto a uno de sus vehículos, su blanco Mercedes-Benz.
Me sentía como una adolescente enamorada al vernos a escondidas en el multipisos del hospital en un día tan cargado de responsabilidades a las 7:40 de la mañana.
Sonreí sobre su boca cuando continuó moviendo sus labios con una sonrisa de chico juguetón.
—Un poco más... —suspiré al entrecerrar los párpados con felicidad. Me apoyé de su cuello y acaricié su cabello desde su nuca.
—Si continúa aprovechándose de su jefe la sancionaré —sujetó mi cintura sobre la tela de mi uniforme azul sin despegar sus labios de los míos.
—¿Y si nos escapamos? —le susurré al recibir más besos de su parte.
—Ya quisiera.
—Puedes.
—Pero tenemos responsabilidades —ríe—. No seas glotona, Aly. Siempre me tienes.
—No como ahora —despego mi boca de la suya al hacer pucheros mientras comienzo a alisar su corbata negra sobre una de las camisas que le había regalado.
Se veía guapísimo con su camisa azul oscuro de seda que combinó exquisitamente con la tela negra de sus carísimos zapatos, pantalones, y su reloj de muñeca. Sin duda, yo había hecho una buena elección cuando escogí las camisas de su estilo.
Sin embargo, Adrián todavía continuaba mostrándose un poco incómodo cuando ejercía alguna sencilla acción sobre él.
—Te odio, Wayne. Todo te queda tan bien —me quejo sin sentirlo, comprobando que continuaba estando perfecto.
—No seas boba —pone los ojos en blanco con arrogancia—. A ti todo te queda bien y debo aguantar las ganas de poseerte todo el tiempo cuando eso me causa estrés.
—No creo que sea estrés... —alzo la mirada con suficiencia.
—Es eso.
—No.
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓
Romance(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...