Capítulo 79.
Nos mantuvimos observando la película de terror con diversión. Adrián mostraba expectación ante cada escena. Realmente, estaba entreteniéndose y ese simple hecho me llenaba en lo absoluto. Parecía tan joven y despreocupado que su forma de actuar me hacía sentir sumamente cómoda y en familia.
«¿Qué si mantuvo sus manos controladas y se portó bien? Totalmente».
Giré mi cabeza y vi sus ojos claros engrandecidos mientras comía palomitas como si no hubiese un mañana. Sonreí para mí misma, a pesar de estar embelesada en la fantástica imagen que tenía sobre mi novio.
Jimmy y Leslie también estaban muy atentos a la película, aunque agarrados de la mano. Sin embargo, mi novio esbozó una muy leve sonrisa, sin observarme tan siquiera.
—¿Qué tanto me miras? —bufa al llevarse varias palomitas a la boca.
Me ruborizo y recompongo mi posición, acariciando mis brazos al sentirme helada. Ni siquiera me di cuenta de que me había quedado mirándolo como una tonta.
«Nere, ¿cómo es que a veces puedes ser valiente y descarada con este hombre mientras que en otras ocasiones él logra ruborizarte e intimidarte?» Presioné un poco los párpados y continué observando la película.
Adrián se removió un poco sobre el asiento y se quitó la chaqueta como pudo.
—Ven aquí, boba —susurró al extender la tela de cuero.
Le obedecí y le ayudé a colocármela. Posó su brazo sobre mis hombros y me acurrucó junto a él, dándome un beso en la frente para luego concentrarse en la película.
Jimmy, Leslie, y muchos presentes en la sala del cine mostraron expresiones de asco al ver cómo en la pantalla sumamente enorme le extraían todos los órganos a una víctima.
Adrián, sin embargo, continuaba observando la escena al comer más palomitas.
—¿Qué? —el ojiverde me mira un poco desconcertado al achicar los ojos—. Aly, ¿por qué las personas en esta sala reaccionan así? Eso no tiene nada que cause asco, aunque es malvada la manera en la que lo hace —me dice, refiriéndose a la escena sangrienta.
—Andy... —le ruedo los ojos en sus narices.
—¿Qué? Es cierto —bufa en un susurro—. Además, por la manera en que abrió su parte baja abdominal, es un error de cortometraje. Hubiese muerto al instante por la forma en la que realizó el corte. Sin embargo, grita ridículamente como un pendejo.
—Andy, ¿podrías actuar y ser normal por un par de horas? —mascullo por lo bajo.
—Solo bromeo... Me causan gracia estas escenas, mientras que aquí parecen indignarse.
—Silencio —susurro—. Aquí no eres el cirujano.
—¿Me estás mandando a callar? —frunce el ceño en mis narices.
—Sí —beso sus labios y se ruboriza—. Sé un novio normal. No sé... Imagina que eres un pintor o algo así —me encojo de hombros al agarrar más palomitas. Entre él y yo acabábamos con la bolsa.
🔹
Cuando salimos de la sala del cine, tuve que decirle a Adrián que necesitaba ir al baño ya que el frío del interior del lugar había acelerado mis ganas de orinar.
—Solo espera aquí un momento, Andy —le ruedo los ojos, mientras que ambos nos detenemos junto a la puerta del baño.
—No tardes, Alysha Nerea —masculla al cruzarse de brazos—. Me siento como un jodido estorbo sexual con esos dos —señala a mi hermano y a Leslie con un gesto de cabeza—. Míralos, parece que sus lenguas casi no caben en sus bocas. Qué falta de respeto.
—Ya vuelvo, Wayne... —suelto un suspiro despreocupado y lo dejo por unos minutos.
🔹
Tenía que admitir que ya me estaba acostumbrando a su abrumante y exigente actitud. Podía sobrellevarlo mucho mejor de lo que esperaba en un principio.
Cuando salí del cubículo y lavé mis manos, me dirigí hacia donde había dejado a Adrián. Me di cuenta de que él estaba enmedio de una situación que le resultaba incómoda.
Varias adolescentes le tiraban besos desde la distancia en el turno de otra fila. Sonreí para mí misma al acercarme a él con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Sin embargo, este me acaparó en un abrazo que parecía aliviarlo.
—¡Oigan! —mi hermano nos llama a lo lejos—. ¡Vengan ya! ¡Tengo una idea!
—Claro, vamos —tiro de la mano de mi hombre, apesar de su seria expresión de siempre.
🔹
En el vehículo, Jimmy nos había convencido para ir un rato al «Soul Angel», ya que habría música y bebidas a precios ridículamente baratos.
Durante el trayecto, a Adrián no pareció disgustarle la idea. Era probable que era uno de los pocos lugares sociables donde él podía asistir sin ningún tipo de problema. Además, era posible que nos encontráramos a algún conocido del hospital, ya que dicho bar siempre estaba repleto del personal del «Hospital General de Puerto Rico».
Cuando Adrián estacionó el vehículo, Jimmy y Leslie se adelantaron, dejándonos a solas. Carraspeé un poco nerviosa y ruborizada, mientras que el ojiverde me abrió la puerta del copiloto al observarme de manera desafiante. Sin embargo, me quité su chaqueta negra de cuero con la intención de entregársela.
—No. Quédate con ella.
—Andy, ya no tengo frío.
—Bien —frunce el ceño fastidiado al intentar evadir mi vientre descubierto.
Cuando se colocó la chaqueta, intenté adelantarme, pero él sujetó mi mano y me adhirió contra su vehículo con cierta brusquedad, mirándome con esos ojos totalmente claros y encendidos que imponen.
Me quedé callada al contemplar su presencia, esperando que actuara de alguna forma. Acercó su rostro hacia el mío y rozó mi labio inferior con su boca, haciendo que mi corazón se acelerara brutalmente.
—Hoy te has salido con la tuya incontables veces —susurró—. Y sabes perfectamente que debes afrontar las consecuencias conmigo.
—Mjm.
—¿Qué? —enarcó las cejas al adherir su nariz contra la mía.
—Sí...
—Sí, ¿qué? —sujetó mi mandíbula.
—Sí, Andy...
—No me impacientes —masculló sobre mis labios al sentir los suyos haciéndome cosquillas.
Cerré los párpados con la respiración entrecortada, pero él sólo se limitó a sentir y mirar mi exasperación. Percibí cómo su boca se dirigió hacia el lóbulo de mi oreja.
—Lograste calmar mi mal humor con esa chupada de campeona, pero eso no quita que tenga el jodido ego en la cima. Eso haces que suceda, Aly. Elevas mi ego aún más. Compórtate —me amenaza sin preámbulos—, o te daré duro antes de lo estimado.
Asentí.
—Quiero oírlo.
—Me comportaré...
—Buena niña —alzó la mirada sobre mí—. ¿Entramos?
—Sí, Andy.
Asintió con su entrecejo pronunciado.
—Mueve ese delicioso culo antes de que cambie de opinión y te lleve a mi cama antes de lo esperado para que me rindas cuentas.
ESTÁS LEYENDO
MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓
Roman d'amour(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...