(+21) (Libro 3) Las situaciones que sucedieron entre Adrián y Alysha causaron lo dolorosamente inesperado. Sin embargo, a pesar de que la última intención del médico cirujano fue para protegerla de sí mismo y sus demonios, este no pudo evitar que un...
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Capítulo 16.
(Adrián).
No pude evitar achicar los ojos con curiosidad al ver a la abuela de Alysha. Especialmente, porque también portaba el segundo nombre de ella. Mi cabeza comenzó a trabajar, sin poder dejar de mirar a la señora con aspecto dulce y jovial que empezó a sonreírme, a pesar de que parecía sorprendida.
Irónicamente, no sabía si su impresión se debía al hecho de que había encontrado a su nieta con un hombre o solo porque sentía que me conocía de algún lado.
— ¿La conozco? — Pregunto con las mismas dudas y el presentimiento que se alojaba en mi pecho. Por alguna extraña razón, deseaba pensar que jamás la había visto en mi vida.
— Es, precisamente, la misma pregunta que iba a hacerle. — La abuela de Alysha parpadeaba perpleja, sin despegar su mirada de mí.
Comenzaba a tensarme un poco. Lo peor de todo es que un temor casi inquebrantable me estaba haciendo reaccionar de manera ridícula. Me ubico detrás de la baja estatura de Alysha, sintiéndome seguro con ella delante de mí. Sentía que mi vulnerabilidad y mi expuesta persona estaba protegida con su presencia.
Le beso el pelo con posesión, queriendo que sintiera mi incomodidad. Sin embargo, ella se da cuenta, lo cual me fascinaba. Nunca tenía que explicarle con tantas palabras el cómo mi estado de humor mejoraba o empeoraba.
— Andy... — Alysha se gira y me mira a los ojos. — ¿Por qué no sales y en un rato me alcanzas?
Asiento como un chico bien portado. Por nada del mundo pienso dejarla esta noche, aunque me gane grandes problemas con Jesse.
— No te preocupes. — Insiste, alentándome ante la situación de su abuela, quien no dejaba de observarme con detenimiento. — Después seguimos con nuestra... conversación. — Duda al decorar sus últimas palabras, lo cual me causa gracia y me hace sonreír levemente.
— Bien. — Acepté al alejarme de ella.
— Es un gusto conocerla. — Esta vez, volví a estrecharle la mano a la señora con el pelo negro como el de su nieta, pero lleno de canas muy bien cuidadas. Su aspecto denotaba picardía y elegancia.
Otra vez, un presentimiento extraño se adentra en mi pecho, pero decido ignorarlo y salgo de la habitación, con la intención de dirigirme hacia la casa de los padres de Jesse. A pesar de que me importaba un carajo el cómo se esté tomando mis comportamientos con Alysha, tenía que saber cómo iban las cosas allí por el mero control que necesito.
"Maldita sea, tendré que guardarme mis huevos y mi dureza para después."
Nunca había tenido que soportar este tipo de situaciones.
Nunca.
Sólo con ella...
Una vez en el exterior, caminé con seguridad hacia la casa de los padres de Jesse y me fijé que no estaba asomado en el balcón, al igual que Amanda. Sin embargo, una incontrolable fuerza de seguridad y arrogancia incrementa en mí al sentir un leve cosquilleo en el hueco de mi estómago y en mi pecho, gracias a los besos que le estaba robando a Alysha.
