Capítulo 95.

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Capítulo 95

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Capítulo 95.

—Ven... —Adrián me subió sobre su cuerpo, pero solté un leve chillido por el susto—. Tranquila. Vamos al baño para lavarnos antes de que se presenten más imprevistos.

—¡Mi camisa! —mascullé por lo bajo, pero él me puso en pie, dándome la oportunidad para que recogiera la pieza. Sin embargo, cuando lo hice, volvió a cargarme entre sus brazos como si yo fuese una bebé—. Tú y tus manías...

—Tú y tu lengua viperina de siempre... —caminó con decisión hacia una puerta que se ubicaba a varios metros de distancia desde donde se encontraba el escritorio—. Ya te estás quejando y ni siquiera me lo he guardado en el pantalón.

—Pero quiero más... —le hice pucheros cuando cerró la puerta del lujoso baño detrás de nosotros.

—Aly, pero qué glotona te has vuelto en esto —resopló.

—¡Todo por tu culpa! —lo abracé y escondí mis ojos bajo su cuello—. Báñate conmigo, por favor.

—Tengo que alistarme para una cirugía. Debo realizar una masectomía.

—No irás a operar con nuestros fluidos sobre tu cuerpo, ¿o sí? Entiéndase mi saliva y tu...

—¿Ahora me lo explicarás? ¿Me estás jodiendo? —disimuló una expresión de ofendido.

—¿Y por qué no te quieres bañar conmigo?

—Porque terminaré metiéndotelo hasta el fondo y después me tomará más tiempo para llegar al quirófano —me dijo con diversión.

—Está bien... —acepté entre dientes—. ¿Y cuándo volveremos a nuestras cositas?

—¿Qué "cositas"? —el ojiverde enarcó las cejas cuando me colocó sobre una mesa junto al lavabo, limpiándome con cuidado el rostro con una servilleta higiénica que humedeció con agua.

—Ya sabes... —me encogí de hombros, pero él se mordió el labio inferior para aguantarse una carcajada.

—No sé a qué te refieres.

—¡Deja de hacerte el desentendido! No sabía que a una de las personas con el coeficiente intelectual más alto del país le gustaba hacerse el pendejo —elevé mis manos cuando me percaté de que él tenía la intención de ponerme la camisa azul del uniforme.

—Solo cuando quiero que me digas las cosas directamente... —me mostró una sonrisa blanquecina y resplandeciente.

—¿Y esa es tu intención?

—Sí que lo es —volvió a enarcar las cejas al tomar más servilleta higiénica para limpiarme—. Así que no entiendo a qué te refieres con "cositas".

—Andy, quiero que me lo metas. ¿Entiendes? —engrandecí mis ojos cuando me hizo perder la paciencia, mientras que él soltó varias carcajadas—. Es cierto que te hice venir, pero no hemos tenido acción en toda esta semana en cuanto a...

MCP | La Residencia ©️ (Parte 1) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora