La hora de la comida había llegado y esta vez estaban todas reunidas en la mesa. Elizabeth se quedó de pie esperando la llegada de la matriarca de la familia para saber de que quería hablar con ella.
-Disculpad la espera mis niñas, tenía cosas que terminar.-apareció por la puerta y se sentó en su sitio mirando de reojo a Elizabeth quien sirvió su vino y volvió a esperar-. De hecho hoy quería hacer algo distinto.-giró su rostro hacia la rubia-. Elizabeth, sientate.
El silencio inundó la sala por completo dejando boquiabiertas tanto a sus hijas como a la sirvienta.
-No creo que sea lo más indicado mi Lady.
-Tonterías, toma asiento y come con nosotras.-volvió a insistir.
-Lady Dimitrescu, no debería...
-¡Madre una criada no puede comer aquí!-gruñó Cassandra colocando sus manos sobre la mesa.
-No es para tanto Cass, conocemos a Eli desde hace mucho, no es una criada cualquiera.-habló Bela con suma tranquilidad dispuesta a empezar a comer.
-Yo no veo el problema.-Daniela sonrió-. Menos cuando esta tanto tiempo con madre.
Si las miradas matasen Elizabeth habría asesinado a Daniela un millón de veces en ese momento. Quería que la ayudara a librarse de esta situación, no a meterla más en ella.
-Las cosas ya están claras Cassandra, Eli se quedará a comer con nosotras de ahora en adelante.-agarró el brazo de la chica antes de que esta pudiera salir corriendo y la obligó a sentarse a su lado.
-Esto es increíble.-musitó la azabache cada vez más molesta hasta que la mirada de Alcina la hizo comprender que tenía las de perder en una discusión-. Si, madre.
-¿Qué esperabas? Durmió con madre.-intervino Bela.
El silencio volvió pero esta vez podía cortarse la tensión con un cuchillo.
-¡¿Qué?!
-¡¿Es verdad eso Eli?! ¿Cómo no me dijiste?- saltó Daniela emocionada por las palabras de su hermana mayor. Elizabeth ocultó su rostro entre sus manos deseando que la tierra la tragara por completo.
-Las vi ayer, tenía pinta de estar inconsciente.-comentó llevándose un trozo de carne a la boca.
-Solo estaba pálida, demasiada pérdida de sangre.-Lady Dimitrescu acarició el lugar donde la había mordido suavemente.
-¿Asi que hay avances?- Eli no dudo ni un segundo en propinarla una patada por debajo de la mesa-. ¡Aahh!-se calló después del grito al ver la furia en aquellos ojos verdes.
-¿De qué avances habláis?-Alcina miró a su hija menor que se quejaba del dolor.
-Nada ¿Podemos empezar a comer?-medio sugirió la única humana de la mesa con esperanzas de terminar pronto con eso.
***
-¡Ven aquí!
Situación: Daniela había salido disparada del comedor sabiendo lo que se la vendría encima y Elizabeth no dudo en seguirla con el permiso de su señora.
-¡No te escondas maldita niña mimada!-gritó molesta.
-¡Me matarás si no me escondo! ¡Kyaaaaa!-sintió un peso sobre ella viendo sus cabellos rubios.
-¡¿Cómo cojones se te ocurre?! ¡¿Tú te das cuenta?!-dijo agarrando sus manos.
-¡Oh venga! Solo ha sido un empujoncito que te venía bien para lo... ¡Hm!-Elizabeth tapó su boca con su mano mientras la mandaba callar.
-Daniela no me jodas ¿Quieres que se entere todo el castillo?-esperó unos segundos hasta cerciorarse de que no había nadie-. La próxima vez te meteré una tremenda paliza.-gruñó quitándose de encima de ella.
-¿Vas con madre otra vez pillina?
-¡Voy a la villa puta pervertida!-le respondió molesta saliendo por las puertas sin más.
Estaba avergonzada, acojonada y nerviosa pero en su cabeza solo estaba volver antes de que anocheciera con el espejo de su ama. Casi la pillan por culpa de la pelirroja y por si fuera poco ahora tendría que lidiar con Cassandra durante todas las comidas. Al menos estaría cerca de Alcina, eso era lo único reconfortante. Volvió a las horas cargando un espejo semejante al anterior y que combinaban con las tonalidades blanquecinas de la Dimitrescu. Lo cargó hasta su habitación y aprovechó a que ella no estaba allí para colocarlo.
-Perfecto, se llevará una sorpresa cuando lo vea.-susurró para si y salió de la habitación chocando con alguien.
-¿Qué haces en la habitación de madre?-Cassandra la agarró del brazo clavando sus uñas.
-Dejaba algo para tu madre.-respondió con sinceridad llevándose una mirads de ira por parte de la contraria.
-¿Ahora os dais regalitos? Solo eres una puta mascota y nunca vas a ser más que eso.-escupió sus palabras como veneno.
-Tampoco me importa mucho lo que sea, al menos sé lo que hago.
-No durarás mucho, se cansará de ti y serás nuestra próxima comida.
-Cassandra.-llamó seriamente-. ¿Por qué ese odio hacia mi persona? No recuerdo haberte hecho nada.
-¿Por qué dices?-rió tomándola del cuello y empujándola contra la pared- Porque no te mereces estar al lado de mi madre. Solo eres un insecto que busca beneficio.
-Ese será tu pensamiento Cassandra.-se soltó de su agarre sin apartar su mirada de la suya.
-¡Callate! ¡¿Qué coño quieres de mi madre?!
Elizabeth frenó su caminar pensativa y miró al techo intentando procesar una respuesta.
-Yo.... Nunca me había planteado esa pregunta pero, lo único que yo busco de ella es su felicidad.-colocó una mano en su pecho y volvió su mirada a la vampiresa quien la miraba sin creerlo-. Puedes creerme o no pero quiero ver su sonrisa cada día y ser yo quien la provoque. Nada más.-sonrió tranquilamente para después volver a sus cosas.
-Pero que...-Cassandra apretó los puños-. No, son mentiras. Es falso, todo lo que dice es falso. Madre no necesita nada como esa estúpida humana.-pensó en voz alta dando vueltas en el sitio-. No dejaré que se salga con la suya. No voy a permitir que hiera a madre.-y con esto desapareció rodeada de moscas.
Y esta conversación no había pasado por alto a oídos de la pequeña quien siempre estaba al tanto de su amiga Eli. Conocía de los celos de su hermana y tendría que encargarse de proteger a Elizabeth a toda costa.
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Eres mi único pensamiento
FanfictionLady Dimitrescu x Oc. Muy pocos conocían aquella simple villa, pero los que allí habitaban sabían de la existencia de cualquier tipo de criaturas, incluso de las que aguardaban más allá. Y entre ellas estaban los habitantes del castillo de los Dimit...