Capítulo 19

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La mañana había llegado demasiado rápido para la humana quien hacía apenas un par de horas se había acostado para dormir. Se quejó un poco al sentir las caricias de Alcina por su rostro.

-Es pronto.... Un rato más.-susurró soltando unas pequeñas risas por parte de la mayor.

-Esta bien, pero no te muevas. Voy a curar tu herida.-la rubia simplemente asintió dejándose hacer, estaba demasiado cansada como para enterarse de algo.

Por su parte, Alcina levantó el pantalón dejando ver las vendas con un poco de sangre y se dispuso a lavarla bien, no como la noche anterior. Observó la herida fijándose más en el gran corte que la había causado.

Fuiste muy imprudente Eli.

Miró a la chica adormilada y suspiró terminando las curas.

La dejaré dormir un rato más.

-¿Ya te vas Alci?-escuchó detrás de ella para ver como se desperezaba.

-Si, pero puedes quedarte a dormir un poco más.-negó con la cabeza y se levantó sin más.

-Me quedaré todo el día en la cama y necesito caminar para que la pierna no se me quede tiesa.-respondió dejando un beso en su mano-. Venga, vayamos a desayunar.

***

-¿Qué?

La situación era esta, Cassandra acababa de pedirle un favor a Elizabeth aprovechando que su madre no estaba delante.

-Venga, eres buena y se te da muy bien. Enseñame.-suplicó sin dejar de mirarla.

-¿Estas segura de que quieres aprender a usar el arco?-preguntó agarrando el que la vampiresa le había dado, el cual era mucho más simple que el suyo y por tanto perfecto para principiantes.

-¡Si! Por favor, no te cuesta nada.

-Lo haría encantada pero es de día. No puedes salir a practicar.-Cassandra no se rindió y siguió suplicando-. Vale vale, pero si se rompe algo la culpa será tuya.

-Me defenderás igual.-susurró.

-¿Has dicho algo?-la azabache negó rápidamente y sonrió tomando el arco.

Esto es muy mala idea.

Preparó las cosas que iban a ser necesarias y eligió la sala principal por cabezonería de la chica. Tomó su arco y le hizo una demostración dándole justo a la improvisada diana que había hecho.

-Ponte en posición pero no dispares.-Cassandra se colocó bastante mal a su parecer-. Mira.-separó un poco sus piernas alineandolas entre si y subió un poco más sus brazos-. ¿Tienes el objetivo?-la chica asintió-. Dispara.

Tal y como había mandado, la joven disparo dándole cerca del blanco principal.

-No esta mal para la primera vez, intentalo sin que yo te coloque.-volvió a intentarlo pero esta vez todo salio mal. La flecha voló más allá de su objetivo y le dio a otra cosa o más bien a alguien.

-¡Madre!-gritó asustada, no por la herida sino por la regañina que la iba a caer.

-¿Pero qué...?-sacó la flecha clavada por encima de su pecho y observó a ambas con notable enfado-. ¿Qué se supone que estáis haciendo?

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora