Capítulo 9

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Empezó a moverse un poco, esta vez había soñado con la mujer a la que siempre quería ver y eso ayudó de cierta forma a que su despertar fuera agradable. Abrió levemente los ojos viéndose envuelta en vendas y en un lugar completamente blanco, la enfermería. Fue entonces cuando recordó lo que había pasado.

-Joder.-susurró para si pasando su mano derecha en su cabeza en un intento por despejarse.

-Por fin despiertas.-abrió los ojos del todo y giró su cabeza para encontrarse con Alcina allí, sentada a su lado.

-Mi Lady.-trató de levantarse y se detuvó soltando un quejido de dolor. Sintió como volvían a acostarla y pudo verla aún más cerca de ella.

-No te levantes, aún tienes que curar algunas heridas.-apartó algunos cabellos rubios de su frente para que la viera mejor-. Será una estupidez preguntar como te encuentras a estas alturas...-fue interrumpida por unas cuantas voces.

-¡Eli! ¡Despertaste!-fue parada por su madre antes de que se la ocurriera saltar sobre ella-. Lo siento madre.-Daniela se puso al otro lado de la cama sujetando la mano izquiera de la rubia mientras sus hermanas simplemente la miraban.

-Elizabeth, me gustaría saber que paso. Daniela te encontró caminando por los pasillos llena de heridas y por poco mueres.

-¿Si? Esa parte apenas la recuerdo.-suspiró mirando disimuladamente a Cassandra-. No es la gran cosa, no tiene importancia.-el mero hecho de ver la expresión de la mayor la hizo cambiar de idea-. Esta bien.-se quedó pensando sin separar su mirada del techo como si tratara de recordar-. Fue un lycan merodeador.

-¿Un lycan dices?-Alcina se inclinó más hacia ella sin dejar de mirarla.

-Si, de esos abandonados que vagan por el bosque. Fui a echar los restos de la última victima de las chicas y... Supongo que estaba demasiado hambriento como para centrarse en las sobras.-respondió con una pequeña risa-. No sé que ocurrió después del ataque, solo sé que entré aquí con intención de llegar a la enfermería. A partir de ahí todo se vuelve borroso.-suspiró una vez más y se sentó en la cama con ayuda de Daniela.

Cassandra no sabía como reaccionar. La miraban totalmente sorprendida sin siquiera decir algo ¿Por qué la cubría? Podría haberla matado y aún así estaba mintiéndole a su madre para protegerla.

-Me encargaré de despejar los bosques cercanos a las puertas del castillo y tú deberías descansar.

-Fue un error por mi parte, no haga eso o espantará a futuras presas.-negó ella con la cabeza-. Puedo volver al trabajo y...

-De eso ni hablar.-soltó Alcina sin más-. Perdiste mucha sangre y apenas puedes sentarte por tu cuenta, te quedarás aquí hasta que te recuperes.

-Esta bien Lady Dimitrescu.

Y así pasaron los días con ella en la cama, solo fueron un par puesto que era tan cabezota que aseguró estar bien miles de veces para largarse lo antes posible de la enfermería. De todas formas Alcina la mandaba el menor trabajo posible y Daniela no se atrevía a dejarla sola. Sabía de sobra que había sido obra de su hermana y Alcina sospechaba que hubiera sido un lycan ya que no había mordidas en ella.

Y en uno de los momentos donde trabajaba volvió a encontrarse con Cassandra quien agachaba la cabeza.

-¿Por qué?

-¿Por qué que?

-Por favor no te hagas la tonta.-gruñó alzando su mirada-. ¿Por qué no me delataste?

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora