Capítulo 42

3.1K 305 68
                                    

Las cosas habían quedado claras entre ambas. No más secretos, no más mentiras. Iban a estar juntas la una para la otra y esa confianza le arruinaba las esperanzas a cierta chica quien seguía ensimismada con estar junto a Elizabeth.

Pero por mucho que lo quisiera esa vampira siempre conseguía adelantarse a sus movimientos para mirarla con aquella sonrisa burlona que tanto detestaba. Sería paciente, solo el tiempo diría quien debía ser la elegida y estaba claro que sería ella por encima de una mujer de tres metros. O al menos ese era su pensamiento.

Pero esas no eran las fechas adecuadas para nada para su desgracia. La navidad había llegado y aunque en ese castillo era una fecha sin importancia que no se celebraba, habrían cosas preparadas que la impedirían siquiera intentar algo.

Justo en ese momento la pareja estaba fuera haciendo una tontería de niñas pero que a la menor le emocionaba mucho. Montaban a trineo o hacían el intento. Básicamente la rubia veía una colina con mucha nieve y se lanzaba con su pequeño trineo divertida.

-¡SIIIIIIII!-gritó llegando al final-. ¡Ha sido increible!-Alcina la ayudó a levantarse incapaz de contener las risas-. Deberías probarlo.

-No gracias, todo tuyo.

-Venga, solo una vez.-tiró de ella como pudo y al final la mayor se rindió dejándose llevar por ella-. ¿Preparada? -tomó el trineo más grande y la hizo sentarse.

-No lo veo muy buena.....-antes de siquiera poder decir algo la menor ya la había empujado hacia abajo para lanzarse con el suyo detrás de ella.

La rubia solo podía decir que los gritos de Alcina eran de lo mejor, tanto que al llegar al final se dejó caer sobre la nieve sujetándose la tripa por las risas.

-¡No te rías!-bufó como niña pequeña.

-¡No puedo evitarlo!-rió más limpiándose las pequeñas lágrimas que salían del borde de sus ojos-. Eso fue genial.-Alcina la dio la espalda cruzándose de brazos-. ¿Alguien anda molesta? Entonces tendré que darle mis besos a otra persona.... A una sirvienta a lo mejor.-eso la hizo reaccionar de inmediato. La abrazó y llenó de besos su cuello marcandola.

Entre risas y más bromas y piques entre las dos, volvieron al castillo cubiertas de nieve pero eso no las molestaba en lo absoluto.

-Demonos un baño rápido, quiero darles los regalos hoy a las niñas.-comentó la menor emocionada.

-Parece que alguien esta muy contenta.

-Son buenas fechas y ya sabes lo que adoro el invierno. Además.... Ya hace otro año desde que estoy contigo ¿Cuántos llevo ya?

-Unos 21 años.-respondió entrando al baño ya preparado para ellas.

Y pronto cumplirás años o al menos esa fue la fecha que me dio aquel idiota.

Se lavaron rápido quitándose el frío del cuerpo y bajaron al vestíbulo donde estaban las niñas sentadas en círculo tomando una taza de chocolate caliente.

-¡Al fin! Creíamos que nunca llegaríais.-se quejó Daniela.

-Eso os pasa por impacientes.-la pareja se acercó a ellas sentándose en el sofá enfrente suyo y del fuego.

-Tenemos algo preparado para vosotras mis niñas, aunque la idea fue más de Elizabeth que mía.-admitió Alcina acercándole la bolsa con los paquetes.

-¡¿Qué son?! ¡¿Son regalos?!-preguntaron las tres hermanas al mismo tiempo cada vez excitandose más.

-Lo son.-rió la rubia tomando uno de ellos-. Las mayores primero, aquí tienes Bela.

Eres mi único pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora